La emboscada contra el convoy fue perpetrada por asaltantes fuertemente armados este domingo sobre las diez de la mañana hora local, en un lugar denominado «La Placa», ubicado a unos 80 kilómetros de N’anakal, que dista 180 kilómetros de Tchibarakaten.
Según un informe provisional extraoficial, en el ataque murieron al menos una docena de soldados, a los que se añaden varios militares heridos y desaparecidos.
Los atacantes, que no cargaron contra los mineros en el asalto, se llevaron dos vehículos del Ejército, armas y municiones, en un suceso del que aún no ha informado el Gobierno nigerino.
Dicho atentado se produce a menos de una semana de la visita a la zona del ministro de Defensa de Níger y su homólogo del Interior, en compañía de funcionarios de las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS), para buscar soluciones a la inseguridad, que ha alcanzado proporciones preocupantes en la región.
En los últimos años, los convoyes de mineros de oro escoltados por las FDS han sido atacados regularmente por asaltantes fuertemente armados en medio del desierto.
Los robos a mano armada contra agencias de transferencia de dinero, autobuses de transporte de viajeros e incluso contra personas aisladas en posesión de grandes sumas de dinero se han convertido en algo habitual en la localidad de Agadez y sus alrededores.
La región tiene varios sitios importantes de lavado de oro, incluido el de Djado y el de Tchibarakaten, que atraen a buscadores de oro de varias nacionalidades subsaharianas, en particular chadianos, senegaleses, nigerianos, sudaneses, somalíes, además de nigerinos, malienses y burkinabeses.