La ONU pide soluciones políticas para el conflicto en el este de la RD Congo

«El conflicto en el este de la RDC requiere una solución política», dijo Abarray en su discurso inaugural de la 22ª Cumbre Ordinaria de la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC), celebrada en Kinsasa este sábado, según recogieron hoy los medios locales.

Abarray lamentó «un aumento» de la violencia armada durante los últimos meses, en particular por los repetidos ataques de los rebeldes de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF, por sus siglas en inglés, un grupo de origen ugandés radicado en la vecina RDC) y el M23, lo que ha «degradado considerablemente una situación humanitaria que ya era complicada».

«La ONU (…) pide el fin de todas las formas de violencia y actividades desestabilizadoras de los grupos armados activos en la región, y llama a su desarme, a la retirada del M23 de las zonas ocupadas y al fin de todos los apoyos externos a los actores armados no estatales, incluido el M23», añadió.

Por su parte, el presidente congoleño, Felix Tshisekedi, pidió sanciones contra Ruanda -uno de los once miembros de la CEEAC y el único que no estuvo representado en esta cumbre físicamente- por su presunta cooperación con el M23, un extremo que Kigali siempre ha negado pese a que al menos dos informes de la ONU lo han confirmado.

Sus comentarios estuvieron en línea con los del primer ministro congoleño, Jean-Michel Sama Lukonde, que ya este jueves pidió a la CEEAC abandonar cualquier tipo de «hipocresía diplomática» ante la «agresión de Ruanda» contra la RDC.

«Ya nadie ignora que la guerra que el régimen de Kigali nos ha impuesto ha causado miles o incluso millones de muertos. A este drama humano se une el saqueo sistemático de los recursos humanitarios, así como una crisis humanitaria», destacó.

«La CEEAC no debe permanecer indiferente cuando un Estado miembro es atacado por otro de la misma comunidad», agregó.

La CEEAC condenó los ataques del M23, que desde el resurgimiento de sus intensos combates el año pasado han obligado a más de millón de personas a dejar sus casas y han ocupado grandes áreas y localidades estratégicas en la RDC.

Asimismo, la comunidad económica aprobó la creación de un fondo de solidaridad para las víctimas de las guerras que ocurren dentro de los países miembros.

La CEEAC, con sede en Gabón, está formada por once estados miembros: Angola, Burundi, Camerún, Chad, Guinea Ecuatorial, Gabón, República Centroafricana, la República del Congo, la RDC, Ruanda y Santo Tomé y Príncipe.

En esta cumbre participaron siete jefes de Estado, incluidos los de Burundi, Évariste Ndayishimie; Chad, Mahamat Idriss Deby; Gabón, Ali Bongo Ondimba; República Centroafricana, Faustin Archange Touadera; República del Congo, Dénis Sassou Nguesso; RDC; y Santo Tomé y Príncipe, Carlos Villa Nova, así como altos representantes del resto de los países miembros.

En ella, Thsisekedi, el presidente de turno de la CEEAC hasta este sábado, pasó el testigo al mandatario gabonés.

El este de la RDC lleva más de dos décadas sumido en un conflicto avivado por milicias rebeldes y el Ejército, pese a la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).

La ausencia de alternativas y métodos de subsistencia estables ha empujado a miles de congoleños a tomar las armas y, según el Barómetro de la Seguridad de Kivu (KST, por sus siglas en inglés), el este del país es campo de batalla de unos 120 grupos rebeldes.

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