Isaac Fonseca volvió a demostrar en Valencia que a ganas y a hambre no le gana nadie. Puso toda la carne en el asador el mexicano ante un primero de cortas e insulsas acometidas, pegándose un auténtico arrimón al final de una faena en la que acabó saliendo por los aires en la suerte suprema. Incomprensible que el palco le negara la oreja, teniéndose que conformar con una celebrada vuelta al ruedo.
Con el buen cuarto volvió a dar un recital de ambición Fonseca, que toreó de rodillas en el prólogo; después, y ya recuperada la vertical, con notables agallas y arrojo en una labor explosiva y muy comunicativa con los tendidos, que volvieron a pasar un mal trago cuando el azteca salió arrollado en las ceñidas bernadinas finales.
Tenía las dos orejas al alcance de la mano, pero el pinchazo previo a la estocada dejo el premio en singular.
El Niño de las Monjas fue todo corazón en su primera faena ante un extraordinario sobrero de Montealto, al que recibió a portagayola. Puso muchas ganas en el toreo fundamental sobre ambas manos y cerró actuación por manoletinas, pero en el debe hay que anotarle que le faltó mayor oficio para apurar más y mejor a su oponente y, sobre todo, una mejor espada.
Igual de animoso se mostró el joven valenciano con el quinto, con el que desplegó toda la variedad de su toreo para conectar con sus paisanos, que disfrutaron de «su» torero a lo largo de una labor vistosa y vibrante por momentos. Su mala espada le volvió a privar de tocar pelo y todo quedó en una vuelta al ruedo.
Álvaro Alarcón dejó detalles de exquisito toreo ante un primero de su lote de noble condición aunque medido de raza. Faena salpicada de cosas muy interesantes, con momentos de relajo y expresión por el derecho y otros de cierta hondura al natural. Lástima la espada, que hizo guardia, enfriando totalmente el ambiente de unos tendidos que tampoco tuvieron muy en cuenta al joven toledano.
En el sexto pasó algo parecido. Toreó muy bien Alarcón por momentos a un utrero de noble y desrazada condición, y que terminó parándose y al que dejó fogonazos de buen corte tanto con el capote como con la muleta. Nuevamente lo emborronó todo con los aceros.
FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de Montealto, el segundo como sobrero, bien presentados y, salvo el tercero, de buen juego en conjunto, destacando segundo, cuarto y quinto.
Isaac Fonseca (verde hoja y oro): estocada trasera y un punto desprendida, y descabello (vuelta al ruedo tras petición y aviso); pinchazo y estocada (oreja tras aviso).
Jordi Pérez «El Niño de las Monjas» (salmón y oro): bajonazo, pinchazo y estocada caída (ovación tras aviso); estocada baja, pinchazo y descabello (vuelta al ruedo tras aviso).
Álvaro Alarcón (burdeos y oro): estocada muy atravesada que hace guardia y nueva estocada (silencio tras aviso); dos pinchazos y estocada desprendida (silencio tras dos avisos).
En cuadrillas, Gómez Escorial saludó tras banderillear al tercero, e Iván García y Andrés Revuelta hicieron lo propio en el cuarto y sexto, respectivamente.
La plaza registró un cuarto de entrada en tarde muy calurosa.