No se ha informado de víctimas ni en Israel ni en Gaza por estos hechos.
Hacia la 01.00 hora local (22. GMT del viernes) sonó la sirena de cohetes en Ashkelon, una ciudad israelí cercana a la Franja de Gaza, sobre la costa del Mediterráneo, al sur de Tel Aviv.
Casi cuatro horas después, la sirena sonó en Ahuzam, también cerca de Gaza pero lejos de la costa.
El ejército confirmó que dos cohetes fueron lanzados desde la Franja de Gaza a cada uno de estos dos poblados.
En el caso de Ahuzam, “uno de los cohetes fue interceptado por el dispositivo de defensa aérea del Ejército y el segundo cohete cayó en una zona abierta”; mientras que en Ahuzam, “ambos proyectiles cayeron en zonas abiertas y, de acuerdo con la política habitual y la falta de necesidad, no se llevó a cabo ninguna interceptación”, informó el Ejército.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes informaron de que, en respuesta a estos ataques, se desplegaron aviones de combate que “atacaron una instalación militar en el centro de la Franja de Gaza” perteneciente a Hamás, la organización islamista que gobierna Gaza de facto desde hace 15 años y que es considerada terrorista por Israel y Estados Unidos.
Esta “instalación militar consiste en un complejo subterráneo que contiene materias primas utilizadas para la fabricación de cohetes”, y es “uno de los más importantes centros de producción de cohetes de la Franja de Gaza”, subrayó el Ejército en un comunicado.
Funcionarios de seguridad de Hamás confirmaron que los cazas israelíes dispararon al menos ocho misiles contra puestos militares del brazo armado del grupo, conocido como Brigadas Al Qasam. Las instalaciones resultaron gravemente dañadas, pero no se registraron heridos.
Por el momento, ninguna organización ha reivindicado los ataques desde Gaza, pero Israel responsabilizó a Hamás “de todos los acontecimientos que se producen en la Franja” y aseguró que el ataque a sus instalaciones militares “impedirá y socavará significativamente la capacidad de fabricación de fuerzas de Hamás”.
VISITA DE BIDEN
El intercambio de fuego se produjo horas después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, abandonara Israel tras una visita oficial de tres días, y poco después de que Arabia Saudí anunciara que permitirá a las aerolíneas israelíes sobrevolar su territorio.
Antes de continuar su gira en Arabia Saudí, Biden visitó Cisjordania para reunirse con Mahmud Abás, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, lo que provocó protestas en la Franja de Gaza, Ramala y Nablus.
Durante la visita de Biden, la cuestión palestina no fue prioritaria en la agenda y el mandatario no presentó un plan para reactivar los diálogos de paz entre palestinos e israelíes.
El portavoz de Hamás, Fawzi Barhoum, opinó este sábado que la escalada de violencia refleja «el apoyo y el estímulo que recibió la ocupación para la continuación de su agresión».
El Gobierno israelí mostró el jueves a Biden el funcionamiento de su «Cúpula de Hierro», un sistema antimisiles que localiza e intercepta cohetes y misiles de distinto alcance, así como el prototipo de su nuevo sistema de defensa antiaérea de energía láser, Rayo de Hierro.
La última vez que se dispararon cohetes desde Gaza hacia Israel fue el 18 de junio.
En abril, en medio de un recrudecimiento de la violencia en Israel y en los territorios palestinos ocupados, una serie de cohetes fueron lanzados desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí. Uno de ellos impactó en el patio de una casa causando ligeros daños pero sin dejar heridos.