Ruiz Urquiola, quien a lo largo de las dos semanas de protesta tuvo que ser atendido en varias ocasiones por equipos médicos por problemas de fatiga y deshidratación, optó por poner fin a la huelga después de que la oficina de Naciones Unidas se hiciera eco de su situación como el exigía, indicaron a Efe fuentes de su entorno.
El biólogo denunciaba con su huelga que en las últimas dos décadas él y su familia han sufrido todo tipo de abusos por su activismo, desde la expulsión de él y su hermana de la Universidad de La Habana a intentar decomisar tierras que trabajaban después de su despido.
Ruiz Urquiola también denuncia diversas «torturas médicas», y en este sentido asegura que su hermana ha sufrido todo tipo de trabas a la hora de ser tratada de un cáncer de mama, mientras que a él se le inoculó en 2019 el virus VIH, cuando se encontraba en otra huelga de hambre.
La decisión de poner fin a la huelga se ha producido a raíz de que la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos publicara el viernes, a través del diario local Tribune de Genève, un comunicado en el que pedía a las autoridades cubanas que se comuniquen con Ruiz Urquiola y con su hermana, a la que se le impidió recientemente regresar a Cuba tras recibir tratamiento en Miami (EEUU).
La nota firmada por la portavoz de la oficina de la ONU Ravina Shamdasani añade que Cuba «debe garantizar que la situación se resuelve con arreglo a las obligaciones (del país) en virtud del derecho internacional».
Ruiz Urquiola recibió esta semana además la visita de tres responsables de la oficina que dirige la alta comisionada de derechos humanos Michelle Bachelet, quienes le prometieron que la institución analizaría su caso aunque ello «llevaría tiempo», de acuerdo con Tribune de Genève.