Japón marca 50 aniversario de la devolución de Okinawa tras dominio de EEUU

Unas 3.600 personas asistieron este domingo a un acto celebrado en la localidad okinawense de Ginowan en unas instalaciones cercanas a la base aérea estadounidense de Futenma, origen frecuente de manifestaciones de la población en contra de la presencia militar en la prefectura, que llevan décadas reclamando que se reduzca.

«Incluso 50 años después, la gente de Okinawa sigue viéndose obligada a soportar una carga excesiva en el hospedaje de las bases estadounidenses», dijo el gobernador de Okinawa, Denny Tamaki, en su discurso durante la ceremonia conmemorativa.

Okinawa, que representa en torno al 0,6 % del territorio nipón, alberga el 70,3 % del grueso de las instalaciones militares que Estados Unidos tiene en todo Japón.

El conjunto de islas, un enclave altamente estratégico que se encuentra más cerca geográficamente de Taiwán que de Tokio, fue devuelto a Japón en 1972, dos décadas después de que Estados Unidos desocupara el país y retornara la soberanía política y económica al Gobierno de Tokio tras el final de la Segunda Guerra Mundial.

En aquel entonces, la población local, testigo de una de las batallas más sangrientas del conflicto bélico mundial, aspiraba a que el territorio estuviera algún día libre de bases.

«El objetivo todavía no se ha logrado», dijo Tamaki, que pidió al Gobierno central que se esfuerce en dar a conocer la situación local a nivel nacional, ante el desconocimiento, y en que el territorio vaya siendo devuelto para desarrollar su potencial y sustentar un ambiente pacífico como «el puente a todas las naciones».

El primer ministro nipón, Fumio Kishida, que intervino en la ceremonia durante su primera visita a Okinawa desde que asumió el cargo el pasado octubre, se comprometió a lograr «un progreso visible constante» en la reducción de la presencia militar estadounidense en el archipiélago okinawense.

«Estamos trabajando para reorganizar, integrar y reducir» la escala de las bases en Okinawa, aseguró, y añadió que su Gobierno y el estadounidense llegarán pronto a un acuerdo para que una parte de Camp Foster, un campamento utilizado actualmente por los Marines, sea usado como un parque antes de su devolución.

Kishida reconoció «la gran carga» de Okinawa y dijo que hará todo lo posible para abordar la problemática mientras mantiene el poder de disuasión proporcionado por la alianza de Tokio y Washington.

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