«He decido postularme de nuevo como presidente en respuesta a la llamada del pueblo somalí», dijo a través de la red social Twitter el mandatario a última hora de este domingo.
«El pueblo somalí merece un Gobierno que lo represente a él y a sus necesidades (…) Por eso busco un segundo mandato como presidente para continuar con la transformación exitosa de nuestro país», añadió Farmaajo.
El presidente, de 60 años, ascendió al poder en 2017, tras ser escogido en segunda votación por los diputados y senadores que integran el Parlamento bicameral somalí, obteniendo casi el doble de apoyos que su rival y antecesor Hassan Sheikh Mohamud.
Su victoria resultó inesperada, porque era el único entre los candidatos favoritos que no contaba con el apoyo de países extranjeros influyentes.
Nacido en Mogadiscio en 1962, el mandatario cuenta con una amplia trayectoria política, entre la que figura el cargo de primer ministro que desempeñó entre 2010 y 2011.
Aunque las elecciones de 2017 representaron el proceso electoral más representativo en el país en las últimas cinco décadas, Farmaajo no ha cumplido ahora con su promesa de organizar los primeros comicios con sufragio universal desde 1969.
Así, en 2022 se ha repetido la fórmula de un sistema de voto indirecto basado en clanes.
El proceso electoral desde la expiración del mandato de Farmaajo en febrero de 2021 estuvo marcado por las tensiones entre el presidente y el primer ministro somalí, Mohamed Hussein Roble.
En abril de 2021, la Cámara Baja aprobó una extensión de dos años del mandato de Farmaajo, lo que desencadenó una grave crisis política y enfrentamientos entre facciones del Ejército, antes de que el presidente desistiera de la medida y el legislativo la cancelara.
Los esperados comicios serán posibles finalmente el próximo 15 de mayo después de que se completaran las elecciones parlamentarias a mediados del pasado abril y se escogiera la semana pasada a los presidentes de ambas cámaras.
Este era un hito imprescindible para la celebración de las elecciones presidenciales, pospuestas desde 2021 en varias ocasiones por disputas políticas, discrepancias entre clanes y acusaciones de irregularidades.
Los 54 senadores de la Cámara Alta y los 275 diputados de la Cámara Baja deben elegir al jefe de Estado, según la ley somalí.
Este domingo, el Comité Parlamentario encargado de organizar los comicios aprobó las candidaturas de más de una docena de aspirantes que deben cumplir condiciones como contar con el apoyo de al menos 20 parlamentarios y pagar una tasa de 40.000 dólares.
El registro permanecerá abierto hasta este lunes 10 de mayo.
El aplazamiento sistemático de las elecciones supone una distracción respecto a problemas para el país, como la lucha contra el grupo yihadista Al Shabab, que controla áreas rurales del centro y sur y quiere instaurar un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde que en 1991 fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de señores de la guerra y milicias islamistas.