Su trabajo se centrará en la lucha contra el blanqueo de dinero y en el uso de activos virtuales para seguir la pista financiera de la delincuencia organizada, informó en un comunicado.
La Organización Internacional de la Policía Criminal atribuyó el crecimiento de la delincuencia a la globalización y la digitalización.
“Los delincuentes son capaces de delinquir con una eficiencia y sofisticación cada vez mayores, socavando los sistemas financieros mundiales, impidiendo el crecimiento económico y causando enormes pérdidas a empresas y personas de todo el mundo”, añadió.
Una encuesta realizada en 2020 por la consultora PwC a empresas de 99 países mostró que casi la mitad de los encuestados habían sido víctimas de delitos financieros en los dos años previos, cuyas pérdidas alcanzaban los 42.000 millones de dólares (unos 38.300 millones de euros).
En algunos países es la forma más frecuente de delincuencia. Según un estudio de Interpol, sus países miembros informaron de que la delincuencia financiera y la corrupción figuraban entre las tres principales amenazas a las que se enfrentaban en la actualidad.
La organización aseguró que la corrupción está inevitablemente unida a estos delitos financieros y que se utilizan mecanismos similares para mover y blanquear fondos ilegales, en los que participan cada vez más grupos organizados transnacionales.
“La pandemia ha demostrado la velocidad en la que los grupos criminales pueden modificar sus métodos para aprovecharse de las nuevas oportunidades de estafar a individuos y empresas y robar millones de dólares cada día”, dijo el secretario general de Interpol, Jürgen Stock.
El IFCACC trabajará conjuntamente con el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), los órganos regionales de tipo GAFI (FSRBs), el Grupo Egmont de Unidades de Inteligencia Financiera, los organismos encargados de hacer cumplir la ley, las organizaciones policiales y el sector financiero.
El centro coordinará las operaciones destinadas a combatir la delincuencia financiera cibernética (HAECHI).
En las dos últimas participaron las fuerzas del orden de 20 países miembros, dando lugar a miles de arrestos y a la interceptación de más de 100 millones de dólares (unos 91,3 millones de euros) en fondos ilícitos.
En la segunda se puso a prueba un mecanismo mundial de cesación del pago, conocido como Protocolo de Respuesta Rápida contra el Blanqueo de Dinero (ARRP).
Esto permite que más países miembros presenten y tramiten solicitudes para seguir, interceptar o congelar provisionalmente el producto del delito.
El centro también coordinará operaciones contra el fraude en las telecomunicaciones y otros tipos de estafas de ingeniería social y corrupción en el deporte, así como delitos ambientales o relacionados con la trata de personas.