La iniciativa, ya aprobada la semana pasada por la Cámara de Diputados, logró este martes dictamen afirmativo por parte de la comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado para ser debatido por el pleno de la Cámara Alta.
El trámite ordinario sería que el Senado debata el proyecto dentro de una semana, pero, debido a las urgencias financieras de Argentina, el sector del oficialismo alineado con el presidente Alberto Fernández intentará que el debate se produzca el próximo jueves, en una sesión especial.
Para ello deberá reunir dos tercios de los 72 asientos del Senado para habilitar la sesión, cantidad de escaños que el Gobierno confía en reunir gracias al apoyo mayoritario de Juntos por el Cambio, el mayor frente opositor, ya que el sector del oficialismo que responde a la vicepresidenta argentina y titular del Senado, Cristina Fernández, rechaza el acuerdo con el FMI.
Además, será la propia Cristina Fernández, por su rol como presidenta del Senado, quien deba convocar formalmente a sesión especial el jueves.
El dictamen a favor del proyecto de ley fue firmado este martes por 16 de los 17 integrantes de la comisión de Presupuesto y Hacienda.
Todos los senadores de Juntos por el Cambio se reunirán este miércoles para definir su posición respecto al tratamiento del proyecto en sesión especial, aunque, en principio, se mostraron favorables a dar el debate y aprobar el acuerdo para que el país no caiga en cesación de pagos.
TIEMPO DE DESCUENTO
Si el Senado finalmente convierte el proyecto en ley, se prevé que el directorio del FMI se reúna para aprobar también el entendimiento, último requisito para que el acuerdo entre en vigencia.
El Gobierno espera que todo ello ocurra antes de la semana próxima, ya que el próximo lunes debería afrontar un vencimiento con el FMI por 958,5 millones de dólares y otro el martes, por casi 1.850 millones.
El pasado 3 de marzo, el Gobierno argentino y el “staff” del FMI anunciaron un acuerdo para un nuevo programa de facilidades extendidas que prevé desembolsos totales por unos 45.000 millones de dólares para que Argentina pueda afrontar los pesados vencimientos con el propio organismo entre este año y 2024 derivados del acuerdo “stand by” firmado en 2018, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).
Entre uno de sus principales objetivos, el nuevo programa busca atacar la persistente alta inflación de Argentina (50,9 % en 2021) a través de una estrategia múltiple que implica una reducción de la financiación monetaria del déficit fiscal y un nuevo marco de política monetaria, con tipos de interés reales positivos para apoyar la financiación al Tesoro a través del mercado doméstico.
Establece además una reducción gradual del déficit fiscal primario, desde el equivalente al 3 % del producto interno bruto (PIB) en 2021, al 2,5 % este año, el 1,9 % en 2023 y el 0,9 % en 2024.