“La decisión de los tribunales es otro fracaso para comprender o valorar los asuntos africanos y no contribuye a los esfuerzos actuales para resolver, por nuestra cuenta, los problemas de seguridad que persisten”, explicó el Fiscal General ugandés, Kiryowa Kiwanuka, en un comunicado emitido a última hora del miércoles.
“Hemos tomado nota de la decisión del tribunal, (…) pero opinamos que no cumplió con los estándares de justicia que esperábamos”, añadió Kiwanuka.
La RDC, que acusó a Uganda de ser responsable de la muerte de 180.000 civiles durante una invasión producida entre 1998 y 2003, pidió una indemnización 11.348 millones de dólares.
La RDC también acusó a Uganda de aprovechar la confusión de la guerra para saquear en territorio congoleño valiosos recursos naturales, como minerales y madera.
La CIJ, por su parte, reconoció algunas irregularidades cometidas por el Ejército ugandés, pero recordó que Uganda no fue el único país que intervino en la RDC durante el conflicto armado -en el que llegaron a participar al menos siete países africanos con el objetivo de apoyar o intentar derrocar al presidente Laurent Kabila-.
“Parte del daño se produjo como resultado de una combinación de acciones y omisiones atribuibles a otros Estados y grupos rebeldes que operan en territorio congoleño”, dijo este miércoles la jueza presidenta de la CIJ, Joan Donoghue, que hizo la lectura pública del fallo.
Además, si bien los jueces concluyeron que oficiales y soldados del ejército ugandés estuvieron involucrados en el saqueo y la explotación de los recursos naturales de la RDC, no encontraron pruebas suficientes para concluir que se tratase de una política gubernamental de Kampala.
Según el tribunal, Uganda tendrá que abonar los 325 millones de dólares en cinco plazos de 65 millones durante cinco años a partir del próximo 1 de septiembre.
Está por ver si Kampala aceptará pagar la indemnización, pues la ejecución de los veredictos de la CIJ depende de la voluntad de los Estados y, eventualmente, del Consejo de Seguridad de la ONU.
No obstante, el tribunal con sede en La Haya advirtió a Uganda que, si no cumple con los plazos marcados para el pago de las indemnizaciones, deberá abonar un 6% de interés anual.
La Segunda Guerra del Congo, en el que murieron hasta cinco millones de personas desde 1998 hasta 2003, es considerado el conflicto más sangriento desde la Segunda Guerra Mundial.