En sus primeros tres años de Gobierno, López Obrador y su Movimiento Regeneración Nacional (Morena), mayoría en el Congreso, ha promovido reformas a la Constitución para crear la Guardia Nacional, para suprimir el fuero presidencial, para el derecho de adultos mayores a recibir una pensión, así como a las leyes de Hidrocarburos y para eliminar el outsourcing, entre otras.
Este sábado, López Obrador dijo que las reformas constitucionales emprendidas por su Administración para concretar su proceso de transformación nacional están en línea con la causa social y nacionalista de la Constitución mexicana.
Destacó que “las Constituciones son fruto de procesos de cambio y de transformación” y expuso que tras el triunfo de su movimiento que lo llevó al poder en 2018 “era necesario proponer una nueva Constitución y se optó por reformar pero buscando los equilibrios y la conciliación”.
Además, avisó que en los próximos años buscará tres reformas constitucionales sobre el sector eléctrico, el Instituto Nacional Electoral y la Guardia Nacional.
Comentó que se está buscando reformar la carta magna para “fortalecer la industria eléctrica nacional porque evidentemente hay un desbalance, no hay equilibrios ya que en la reforma anterior se le dieron todos los privilegios a las empresas particulares”.
Y señaló que durante el periodo neoliberal en México, en los 36 años antes de su llegada al poder en 2018, “en vez de avanzar retrocedimos en cuanto a los derechos establecidos en la Constitución porque no se legisló en favor del pueblo sino en favor de las minorías y se entregaron bienes de la nación a particulares nacionales y extranjeros”.
CAMBIAR LA REALIDAD
Sobre las reformas y los cambios a la Constitución por parte de los presidentes, Juan Jesús Garza Onofre, investigador y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo a Efe que en ellos “existe una idea de que cambiar la Constitución implica cambiar la realidad y hay que desmitificarla porque es mucho más difícil cambiar la realidad que las leyes”.
Dijo que en el caso de López Obrador o a su visión que tiene de país “muchas veces le estorba la Constitución” y en algunas ocasiones la actual Administración “no ha seguido los cauces legales”.
Pero a pesar de estos deslices, Garza Onofre dijo que el proyecto transformador que impulsa el mandatario mexicano “lo quiere rematar con tres grandes reformas constitucionales ya anunciadas por el presidente: la energética, la electoral y la relativa a seguridad”.
“No son reformas menores, son reformas que cambian por completo el panorama relativo a la relación que va a tener la administración pública con ciertos temas: la nueva funcionalidad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la insistencia en la desaparición o reformulación del Instituto Nacional Electoral y la militarización de muchos aspectos de la vida pública”, apuntó.
Sobre esas tres grandes reformas dijo que si López Obrador quiere llevarlas a cabo “en definitiva, entre más rápido y entre más pongan de acuerdo a todas las fuerzas políticas existe posibilidad para que se concreten”.
Para Garza Onofre, la Constitución mexicana “es muy densa” y la que le queda “muy poco” de lo que fue la Constitución de 1917″ y hasta “parecería otra completamente nueva, parchada con miles de cosas y sin embargo es lo que tenemos” para dotar de certeza a las acciones que se cometen en nuestra vida en común.
“Sí, pongamos atención en la Constitución pero pongamos más atención en la realidad, si ésta se contrapone con lo que dice el derecho pues en definitiva antes que seguir modificando la Constitución hay que ver otras alternativas para modificar la realidad en la que nos encontramos”, expuso.
REFORMAS, UNA TENDENCIA
Para Sergio Charbel Olvera, profesor de la Universidad Libre de Derecho, en México existe una tendencia en la que los presidentes, y esto es muy marcado desde el Gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988), en sus programas políticos y planes nacionales presenten como propuestas reformas a la Constitución.
“Muchos de los presidentes tienen en primer lugar proponer reformas a la Constitución para plasmar de esas forma sus propuestas políticas”, dijo en entrevista con Efe.
El académico señaló que los presidentes mexicanos han visualizado a la Constitución como el garante de sus propuestas políticas “si una propuesta política no está en la Constitución como que no es muy efectiva”.
Y citó como ejemplo la reforma educativa del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) que “no fue bien vista por López Obrador al igual que la reforma energética y pues a reformar la Constitución” y así se ampara en la Constitución el ideal político del actual presidente “para que haya una garantía de permanencia en esa política”.
Dijo que esa tendencia “no se pueden evitar y se puede ‘jugar’ políticamente con ello en tanto se logren los acuerdos en el Congreso para lograr las mayorías. Habrá temas en los que estén de acuerdo y que voten a favor a pesar de que sean oposición o que se realicen acuerdos políticos para convencer a la oposición y lograr las reformas”.