El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Farhan Khan, dijo este martes en rueda de prensa que tanto la agencia de los refugiados (ACNUR) como la Organización Internacional de Migraciones (OIM) se encuentran listas para ayudar a los miles de emigrantes que desean entrar en Polonia y acceder así a la Unión Europea.
«Queremos asegurarnos de que se oyen sus voces y de que tienen algo que decir en cuanto a su próximo destino, y por ello queremos que se les dé la posibilidad de hablar con ACNUR y OIM», dijo el portavoz, sin acusar directamente a uno ni a otro gobierno de bloquear su acceso a los emigrantes, una mayoría de ellos iraquíes.
«Está claro, si vemos lo que le ha sucedido a estas personas (que) su dignidad y sus derechos no han sido tratados con el respeto que se les debía», insistió Khan, y añadió: «Han sido instrumentalizados, y queremos asegurarnos de que eso no vuelve a suceder».
En relación al uso de cañones de agua por parte de Polonia, el portavoz no lo confirmó, como tampoco lo hizo con el supuesto plan de Bielorrusia de enviarlos de regreso a Irak.
Sin embargo, sí recordó la doctrina de la ONU sobre la política de no devolución: «la gente no puede ser devuelta a sus países salvo que estén de acuerdo con ello», zanjó el portavoz.
Según fuentes kurdas, en la frontera entre Bielorrusia y Polonia se encuentran entre 7.000 y 8.000 kurdos iraquíes.
Este martes hubo choques en el puesto de control de Bruzgui-Kuznitsa entre los refugiados, que utilizaron palos y piedras, y la guardia fronteriza polaca, uno de cuyos efectivos resultó herido de gravedad.
Las autoridades bielorrusas criticaron a Polonia por utilizar gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para repeler uno de los intentos de asalto de los migrantes.
Los migrantes se desplazaron ayer a dicho paso fronterizo con la intención de cruzar a la UE y, después de pasar la noche en dicho lugar, intentaron hoy asaltar la frontera.