Más de 6.500 personas y 290 entidades en España se han sumado a esta disciplina deportiva, surgida en Suecia -de donde viene su nombre, uniendo la expresión sueca ‘plocka upp’ que significa recoger, y el inglés ‘running’-, que combina la marcha o la carrera por la naturaleza con la recogida de residuos.
«Cada vez somos más personas y entidades en más ciudades en España y en todo el mundo, conscientes de los beneficios del deporte para la salud. Si además podemos mejorar las ciudades y pueblos en las que vivimos, sensibilizar sobre la economía circular y actuar contra el cambio climático, aseguramos nuestro futuro y el de las próximas generaciones», explica a EFE Óscar Caro, director del ‘Plogging Tour’.
Esta iniciativa nació en Ibiza en 2018 y hasta la fecha ha recorrido ciudades como Málaga, Palma de Mallorca, Sevilla, Madrid, A Coruña, Barcelona, Bilbao, Valencia, Zaragoza, Ibiza o Teruel y recuperado más de 25.400 kilos de basura de áreas protegidas, zonas urbanas, bosques y playas de la geografía española.
En estas actividades, que forman parte de la gira Nationale-Nederlanden Plogging Tour, la primera gira en Europa que aúna deporte y ecología, con el apoyo del Consejo Superior de Deportes, han recuperado residuos de todo tipo desde productos plásticos a latas, botellas, elementos de higiene íntima, toallitas, textiles, neumáticos, restos de construcción y 1.492 colillas.
Los organizadores de estas actividades aseguran que este tipo de jornadas no solo interesan a personas concienciadas con el cuidado del medio ambiente de las zonas en las que se organizan, sino también a visitantes de otros países atraídos por «el binomio de turismo y deporte» vinculado a la sostenibilidad.
Ese impacto no solo es medioambiental, sino que también genera réditos económicos. Fuentes de la organización aseguran a EFE que entre todas sus actividades han generado un impacto económico superior a 3,8 millones de euros. Solo en las Islas Baleares, gracias a esa desestacionalización del turismo que ofrecen, han aportado 1,5 millones en la temporada baja de turismo en las islas.
«Con acciones locales, unidos y cooperando entre todos los actores sociales, podemos lograr beneficios globales. El momento de actuar es ahora, como se ha puesto de nuevo en evidencia durante la COP26 de Glasgow», añade Caro, al frente de la entidad que gestiona esta modalidad deportiva incipiente y concienciada con el futuro del planeta.