Solís, quien hoy llegó a Tegucigalpa, abogó porque en los comicios del país centroamericano no haya violencia durante lo que resta del proceso, que concluirá con los comicios generales del 28 de noviembre.
Añadió que la Misión de Observadores de la OEA «busca ser transparente, comprometida, independiente» y «absolutamente neutral, por supuesto»
Además, «es fundamental que no haya violencia en el proceso hacia las elecciones y, por supuesto, el propio día», dijo Solís, quien considera que los hondureños deben celebrar sus elecciones mirando «hacia adelante» y «con optimismo».
Durante su estancia en Honduras, Solís prevé reunirse con autoridades del Gobierno, organismos electorales, representantes de la sociedad civil y de la Misión de las Naciones Unidas en Tegucigalpa, entre otros sectores.
El consejero presidente del CNE, Kelvin Aguirre, también abogó porque no haya violencia, antes, durante, ni después de las elecciones hondureñas, en las que se votará por un presidente, tres designados presidenciales (vicepresidentes), 298 alcaldías municipales, 128 diputados al Parlamento local y 20 al Centroamericano.
Añadió que el acompañamiento de la Misión de Observadores Electorales de la OEA será independiente.
El grupo de la OEA se suma a la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), que hoy terminó de llegar a Honduras.