La lista de inscritos fue divulgada este miércoles por la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel, regulador) tras el cierre del plazo y a exactamente una semana de la subasta con la que Brasil espera atraer inversiones por cerca de 49.700 millones de reales (unos 8.954,9 millones de dólares).
La subasta otorgará derechos sobre 4 diferentes bandas de radiofrecuencia (700 MHz, 2,3 GHz, 3,5 GHZ y 26 GHz), lo que, por tratarse de un país con dimensiones continentales y un mercado de 213 millones de habitantes, convierte el concurso en uno de los mayores del mundo en el sector.
La lista de inscritos la encabezan las tres principales operadoras de telefonía 3G y 4G en el país, comenzando por Vivo (subsidiaria de Telefónica española), que cuenta con el 33 % del mercado, e incluyendo a Claro (subsidiaria de la mexicana Telecom América), con el 26 %, y a la italiana TIM (23 %).
La gran ausente será la operadora brasileña Oi (16 %), que está en proceso de recuperación judicial tras declararse en quiebra y vendió sus licencias en telefonía móvil a las tres grandes rivales, operación que aún depende de autorización del órgano antimonopolios.
Pero la lista también incluye algunos proveedores regionales de internet y fondos de inversiones, como el Fundo Patria.
Las quince inscritas presentaron sus propuestas en sobre cerrado, que sólo será abierto el día de la subasta, por lo que se desconoce por cuáles bandas de radiofrecuencia están interesadas y pujarán.
Lo más probable es que las tres grandes operadoras disputen las licencias nacionales para operar la banda 3,5 GHz.
Las demás inscritas son Algar Telecom, Brasil Digital Telecomunicacoes, Brisanet Serviços de Telecomunicacoes, Cloud2U, Consorcio 5G Sul, Fly Link LTDA, Mega Net (Iniciativa 5G), Neko Servicos de Comunicacoes (Surf Telecom), NK 108 (Highline), Sercomtel, VDF Tecnologia de Informacao y Winit II Telecom (Fundo Patria).
Entre las inscritas Algar y Sercomtel ya ofrecen telefonía móvil a nivel regional; Surf Telecom y Brisanet poseen licencias para algunas frecuencias regionales, y Highline, de capital estadounidense, ya ha dado pasos para montar una red de infraestructura de telecomunicaciones en Brasil para ofrecerla a pequeños proveedores.
Según las reglas de la licitación, los vencedores de la subasta tendrán que iniciar la operación comercial del 5G en las principales capitales del país 300 días después de que firmen los contratos, es decir a partir de julio de 2022.
Después de las capitales, el servicio deberá extenderse a las ciudades con más de 500.000 habitantes y avanzar gradualmente, en un proceso que acabaría a comienzos de 2026, cuando se prevé que el servicio llegue a las localidades con menos de 30.000 habitantes.
El Gobierno brasileño promete una revolución digital con la implantación de la nueva tecnología ya que, además de permitir una velocidad de descarga 20 veces mayor a la actualmente ofrecida por el 4G, la quinta generación ofrece una conexión más estable.
Las operadoras que se adjudiquen las licencias tendrán la obligación de montar una red paralela específica para las comunicaciones por 5G de los órganos gubernamentales, las Fuerzas Armadas y las empresas estratégicas, como la petrolera Petrobras.
Esta fue la solución encontrada para superar el veto que Gobiernos como el de Estados Unidos imponen a la participación de la empresa china Huawei en la operación del 5G en diferentes países, por considerar que esta empresa puede ser usada por el Gobierno chino para espiar a sus competidores.
La licitación igualmente obliga a las operadoras a montar una red específica para atender la Amazonía, que incluye el tendido de cables en ríos, y que garanticen el servicio a lo largo de todas las carreteras federales del país y en todas las escuelas públicas.