Además, el modelo nuevo animal -el ratón HGPSrev- ha ayudado a explicar que las alteraciones cardiovasculares y la muerte precoz asociadas a la enfermedad se pueden prevenir con tratamientos restringidos al sistema cardiovascular.
El estudio, publicado en Circulation, ha sido realizado por investigadores del CNIC y del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (Cibercv), y en la caracterización del modelo han participado además investigadores del Queen Mary University of London.
Provocada por una mutación en el gen LMNA, la progeria provoca el envejecimiento acelerado y muerte en la segunda década de vida, principalmente debido a complicaciones cardiovasculares derivadas de la arteriosclerosis.
En ausencia de mutaciones, el gen LMNA codifica para las laminas de tipo A (lamina A y C) pero cuando la mutación está presente, provoca la síntesis de progerina, una proteína anómala que al acumularse en los tejidos provoca múltiples alteraciones moleculares y celulares que causan envejecimiento acelerado.
Ahora, gracias al ratón HGPSrev, los investigadores han logrado suprimir la expresión de progerina y restablecer la expresión de lamina A a diferentes edades, en todos los tejidos del organismo en tipos celulares específicos.
A pesar de que algunas terapias paliativas han demostrado eficacia en modelos animales -algunas de las cuales están en ensayos clínicos-, el beneficio terapéutico conseguido hasta ahora es muy limitado.
Teóricamente, eliminar la mutación causante de la enfermedad debería ser la cura real pero hasta que esto sea posible, y dado que la progeria se diagnostica cuando ya son evidentes sus primeros síntomas, los autores quisieron investigar si es posible revertir los síntomas cuando ya están presentes, y cuánto puede retrasarse el inicio del tratamiento para conseguir beneficio terapéutico.
Además, la progerina se expresa en múltiples tipos celulares, pero no se sabe si las terapias han de dirigirse a todas las células del cuerpo o si sería efectivo tratar solo algún tipo celular específico.
Para responder a todas estas preguntas, el equipo generó el ratón HGPSrev utilizando la tecnología CRISPR-Cas9 y demostró que el ratón HGPSrev desarrolla los síntomas principales de la enfermedad humana -incluidos problemas de crecimiento, lipodistrofia, alteraciones cardiovasculares y muerte precoz-.
Además, constataron que la eliminación de progerina y restauración de lamina A aumenta la esperanza de vida en un 84,5 % cuando se realiza en animales que presentan síntomas muy leves, pero también la acrecienta en un 6,7 % en ratones con síntomas muy avanzados.
Estos datos muestran que iniciar el tratamiento cuando los síntomas son leves tiene un gran efecto terapéutico, pero que «nunca es demasiado tarde para lograr beneficio», apunta Vicente Andrés, investigador del CNIC y líder del estudio.
Para los investigadores estos resultados «pueden ser de gran valor para el desarrollo de futuras estrategias terapéuticas en el ámbito clínico, ya que sugieren que terapias dirigidas exclusivamente al sistema cardiovascular podrían provocar un beneficio muy significativo en la calidad y esperanza de vida de los pacientes».