En una videoconferencia desde Jartum a pocas horas del golpe de Estado que derrocó a las autoridades civiles, Perthes explicó que carece de visión global sobre lo que sucede en las calles pero que en el momento en que hablaba, al caer la tarde, se oían disparos y se veían barricadas ardiendo en varios puntos de la ciudad.
El Comité Central de Médicos de Sudán informó hoy en su cuenta de Facebook que se han registrado ya tres muertos y más de ochenta heridos en las manifestaciones contra el golpe protagonizadas por jóvenes, sindicalistas y grupos de civiles más o menos organizados.
Perthes confirmó que las manifestaciones están congregando a «miles» de personas pero no han impedido que los militares cierren el aeropuerto y bloqueen los puentes y las principales vías de comunicación, además de tomar el control de la televisión estatal.
El enviado de la ONU dijo que aún no se ha reunido con los golpistas, encabezados por el general Abdelfatah al Burhan, pero que espera verlos «en los próximos días».
Sobre la situación humanitaria, recordó que más de la mitad de la población depende de algún modo de la asistencia humanitaria, y la situación se ha agravado por el bloqueo desde hace cuatro semanas de Port Sudán, el principal puerto y punto de entrada de mercancía en el país, aunque «informes sin confirmar» -dijo- indican que las tribus que bloqueaban el puerto parecen haber levantado la medida en apoyo a los golpistas.
Por otra parte, el Secretario General de la ONU, António Guterres, expresó en una declaración su «más enérgica condena» al golpe de Estado, calificó de «ilegal e inaceptable» la detención del primer ministro Abdalá Hamdok y otros miembros del gobierno e instó a los militares golpistas a «volver al orden constitucional».
El líder de los golpistas y presidente del Consejo Soberano, máximo órgano de poder del proceso de transición en Sudán, disolvió hoy el Consejo de Ministros y el propio Consejo Soberano.
A través de la televisión estatal, Al Burhan leyó nueve puntos que incluyen la declaración del estado de emergencia en todo el país, la disolución del Consejo Soberano y del Consejo de Ministros y la suspensión de varios artículos del documento constitucional que sentó las bases de la transición tras el derrocamiento de Omar al Bashir.