Filtraciones relatan desidia en Facebook antes del asalto al Congreso de EEUU

Según el artículo publicado este viernes, muchos de los trabajadores que durante los meses previos a los comicios habían formado parte del equipo de prevención contra noticias falsas y contenidos de odio, se tomaron excedencias o cambiaron de cargo tras las elecciones.

Además, Facebook dio marcha atrás con decenas de medidas que había activado para evitar el caos en la jornada electoral como la supresión de ciertos grupos, y el equipo de integridad cívica fue prácticamente desbandado por temor a las críticas que sus miembros dedicaban con cada vez mayor frecuencia a la propia empresa.

El artículo fue elaborado con base en entrevistas del Post con varios exempleados anónimos y con documentación interna de Facebook entregada al Gobierno estadounidense por parte de la única delatora que hasta el momento ha revelado su identidad, Frances Haugen, quien testificó ante el Congreso de EE.UU. a principios de octubre.

Según la información periodística, el 6 de enero, cuando se produjo el asalto al Capitolio por parte de miles de simpatizantes, algunos de ellos armados, del expresidente Donald Trump, los empleados de Facebook expresaron «rabia y lamentación» por no haber dado mayor importancia a los «signos de alerta».

Ese día, las denuncias en Facebook por parte de usuarios que habían hallado noticias falsas se dispararon a 40.000 por hora, y en Instagram (propiedad de la compañía), la cuenta más denunciada por incitar a la violencia fue la del entonces todavía presidente Trump.

Facebook se encuentra desde hace semanas en el punto de mira en todo el mundo después de que Haugen declarase ante un subcomité del Senado de EE.UU. que la firma antepone sus beneficios a la seguridad de los usuarios y oculta que sus plataformas son nocivas para los menores, fomentan la división social y debilitan la democracia.

Haugen, que previamente filtró documentos internos de la compañía al Wall Street Journal, hizo ante el Senado un retrato despiadado de la empresa, porque durante el tiempo que estuvo trabajando en ella se dio cuenta de una «verdad devastadora»: Facebook oculta información al público y a los Gobiernos.

Por su parte, el consejero delegado y cofundador de Facebook, Mark Zuckerberg, negó que su compañía anteponga los beneficios a la seguridad y el bienestar de los usuarios, y dijo que «muchas de las acusaciones no tienen sentido» y que no reconoce «la falsa imagen de la compañía que se está pintando».

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