Anne Hidalgo intenta el arranque de su campaña con propuestas de choque

En un mitin ante unos 1.700 simpatizantes en Lille, otra ciudad gobernada también por una socialista, la exministra Martine Aubry que le hizo de anfitriona en esa región de tradición obrera, Hidalgo se esforzó en marcar su anclaje social de izquierdas, sin olvidar la que es su orientación más conocida como primera edil, la ecologista.

«Una sociedad injusta -subrayó- no puede defenderse, no puede transformarse, desalienta al ciudadano, atiza las divisiones, genera la desconfianza y el resentimiento. Por eso Francia necesita la izquierda, por eso soy candidata».

Prometió que si fuera elegida presidenta, una de sus prioridades sería la subida de salarios y dentro de ese propósito indicó que pondría en marcha «una política para incitar de forma masiva el sindicalismo» y «un seguro de paro universal».

DOBLAR EL SUELDO DE LOS ENSEÑANTES

Se reafirmó en unas de las ideas que lanzó el 12 de septiembre cuando anunció su pretensión de ser candidata al Elíseo, la de doblar la remuneración de los enseñantes en los cinco años del mandato presidencial: «Como la escuela es el alma de la República, construiremos una República de la escuela. El oficio de profesor estará mejor considerado».

En el terreno de la ecología, sabedora de las críticas que recibe con el argumento de que sus políticas para París están dirigidas a una población con un nivel adquisitivo muy elevado que no se corresponde con la realidad global del país, hizo hincapié en que «son los más pobres los que más sufren por el cambio climático».

Por eso anunció que instaurará «un impuesto sobre la fortuna para las familias más adineradas, cuyo patrimonio emite más dióxido de carbono».

Igualmente mostró su intención de constitucionalizar una serie de derechos de los seres vivos y de la naturaleza; de introducir en el Código Penal el delito de «ecocidio» por la destrucción de un ecosistema; de crear una figura de «defensor del medio ambiente»; y de que cada año el Parlamento tenga que votar un «presupuesto de carbono».

En caso de llegar al Elíseo como primera presidenta del país, afirmó que haría de su mandato «el de los derechos de las mujeres», lo que se traduciría, entre otras cosas, en «la igualdad total de salarios», en «una paridad real en las empresas» que cubriría los consejos de administración y en la posibilidad de ejercer el derecho al aborto y a la contracepción en cualquier lugar del país.

LA DURA REALIDAD DE LAS ENCUESTAS

Promesas que se enfrentan a la dura realidad de las encuestas en las que no ha conseguido despegar en el último mes y medio, y que le dan entre un 4 % y un 7 % en intenciones de voto, a años luz de cualquier posibilidad de calificarse para la segunda vuelta.

A menos de seis meses de los comicios, Hidalgo queda relegada a la novena posición de los pretendientes que se han manifestado hasta ahora, con una media del 5 % en los sondeos que se han publicado en las tres últimas semanas, y a la tercera si se tienen en cuenta solo a los de izquierda: por detrás de Jean-Luc Mélenchon de la Francia Insumisa (8,9 %), y del líder ecologista Yannick Jadot (8,3 %).

Según el instituto demoscópico Ipsos que ha analizado su caso, los principales peros que le ponen los electores son que no entiende los problemas de los franceses que viven fuera de París (lo dice un 39 % de los interrogados), que sus propuestas no son creíbles (un 33 %) y % que no es una figura capaz de unir el país (30 %).

Frente a un debate político y mediático dominado por la inmigración que la extrema derecha presenta como una amenaza para Francia, Anne Hidalgo no se olvidó de recordar y de reivindicar sus orígenes de inmigrante de origen español.

«Esta fuerza, amigos, me viene de lejos y la saco también de mi historia personal. De mi abuelo perseguido por los franquistas porque era republicano. De mis padres, que quisieron para mi hermana y para mí un futuro mejor. Huyeron de la dictadura en España para ir a la Francia de los derechos humanos. La saco de mis profesores, de la escuela de la República, de las luchas que he ganado, pero también de las que he perdido. De mi deseo de justicia, que es la brújula de mi vida».

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