«Fue una conversación muy larga, constructiva y en confianza», señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov al término del encuentro que tuvo lugar en la residencia presidencial de «Bocharov Ruchei» en Sochi, a orillas del mar Negro.
La reunión se produjo en un ambiente de «relaciones cálidas», señaló el portavoz en su rueda de prensa telefónica.
El encuentro duró cinco horas y fue «positivo», indicó a su vez la Embajada de Israel en Rusia, citada por la agencia Interfax.
En la cita oficial los dos mandatarios abordaron las relaciones bilaterales, el intercambio comercial entre los dos países, la situación en Siria y en Afganistán, los esfuerzos por frenar el programa nuclear iraní y temas de la seguridad regional.
Un elemento importante del vínculo entre ambos ha sido la coordinación militar durante los ataques que Israel lleva a cabo con frecuencia en Siria -cuyo Gobierno es apoyado por Moscú- contra objetivos iraníes o milicias chiíes asociadas a Teherán.
De momento no han trascendido más detalles del encuentro, dado que únicamente estuvo abierto a la prensa el inicio de la reunión.
En esa parte protocolaria, Putin expresó a Benet, quien asumió su cargo en junio pasado, su deseo de que éste persiga una política de continuidad con respecto a Rusia.
«Realmente espero que, pese a las luchas políticas internas, que son inevitables en cualquier Estado, su Gobierno persiga una política de continuidad en las relaciones ruso-israelíes», señaló.
Putin subrayó que Rusia desarrolló una relación «bastante profesional y de confianza» con el anterior Gobierno israelí encabezado por Benjamín Netanyahu, con quien el presidente ruso mantuvo numerosos encuentros y una buena sintonía.
La visita de Benet a Rusia coincidió con el 30 aniversario de la restauración de las relaciones diplomáticas, según recordaron ambos mandatarios.
Putin recordó que Israel es el hogar de quizás la mayor comunidad rusoparlante en el extranjero, aproximadamente un millón, que son inmigrantes o descendientes de inmigrantes provenientes de países de la antigua Unión Soviética.
«En Israel tenemos un millón de embajadores, israelíes rusoparlante que representan una gran contribución a la cultura de Israel», afirmó a su vez Benet.
El primer ministro israelí subrayó que las relaciones con Rusia son «muy especiales por el pasado, el presente y el futuro».
Recordó la «movilización de la nación rusa y del Ejército Rojo para derrotar a los nazis en la Segunda Guerra Mundial».
Benet señaló además que los israelíes consideran al mandatario ruso un «verdadero amigo», que ayudó a forjar durante los últimos veinte años «unos lazos profundos entre los dos países».
«En nombre de los ciudadanos de Israel, puedo afirmar que le vemos como un verdadero amigo del pueblo judío», dijo.
Tras el encuentro, los dos mandatarios salieron de la residencia presidencial y se dirigieron hacia la playa.
Dado que la cita se prolongó, el primer ministro de Israel pasará la noche en Rusia y volverá a Israel después del sabbat.