Ante la forma acelerada en que la era digital «ha cambiado nuestras vidas», los exgobernantes Mauricio Macri (Argentina), Luis Alberto Lacalle (Uruguay) y Jorge «Tuto» Quiroga (Bolivia) coincidieron en señalar el «peligro» que entraña la acomodación de internet a la figura de un «censor».
Son los ciudadanos, por ello, quienes deben ser «críticos con los que fallan en la calidad del mensaje, con la información falsa y perversa», y no personas o poderes que se arrogan el derecho a censurar opiniones en las redes sociales y regular el mundo digital, expresaron los expresidentes en un panel virtual.
«Me da mucho miedo el censor» de contenidos en las plataformas de internet porque, una vez que se apodera de esa facultad, «¿quién se la retira?», se preguntó hoy Macri en un panel de la 77 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) sobre la gobernanza global y las amenazas para las libertades civiles y políticas.
EL MUNDO DIGITAL DEBE FORTALECER LA DEMOCRACIA
En ese contexto, el expresidente argentino defendió que «la libertad de expresión y la democracia son inseparables y lo digital debe estar al servicio del fortalecimiento de la democracia liberal».
A la postre, las redes sociales acumulan «mucha información», lo que «ataca de lleno a regímenes autoritarios como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua». Regímenes, dijo, que «buscan conculcar la libre expresión».
«Regular es peligroso (…), no es bueno cuando nos ponemos a controlar, porque se acaba en el autoritarismo y mesianismo», apostilló.
En parecidos términos se expresó Lacalle, quien planteó también el interrogante de «¿quién censura al censor?» en las redes sociales y apuntó al «temor al atropello» del derecho a la libertad de expresión, en referencia, por ejemplo, a la censura de las redes sociales a las opiniones del expresidente estadounidense Donald Trump.
«Yo preferiría que nadie diga esto va y esto no, esto está bien o mal -apuntó hacia la empresa presidida por Mark Zuckerberg- y exista libertad plena con responsabilidad», añadió Lacalle.
Para Quiroga resulta clave la creación de mecanismos de gobernanza digital que «filtren la basura» para que, ejemplificó, «no sea Facebook o (el presidente de Venezuela, Nicolás) Maduro los que certifiquen «lo que vale y lo no vale».
En el contexto de independencia regional en materia de internet, Quiroga se mostró partidario de construir una «nube latinoamericana» que permita a la región «tener soberanía digital sobre los datos» y «no caer presos» en medio de la guerra digital que libran EE.UU. y China.
La clave del mundo digital, «basado en la democratización bestial de la información y acceso al conocimiento», puntualizó Macri, radica en «saber universalizar estos avances en la mejora del ser humano», principalmente mediante el estímulo de la «competencia» y el «acceso a la educación, al conocimiento del mundo».
Pero a esta visión de las sociedades abiertas se oponen sus enemigos, los populismos, ideologías que «buscan responsables de sus incapacidades y fracasos, que justifican el aislamiento a que someten a sus países».
«Hoy, más que nunca, tenemos que apostar por la gobernanza global y y fortalecer los procedimientos democráticos, que sean sistemas más eficientes y transparentes», subrayó.
VENEZUELA, CUBA Y NICARAGUA: EL «CAMINO HACIA LA DESTRUCCIÓN»
Por el contrario, las autocracias o regímenes autoritarios como los de Venezuela, Cuba o Nicaragua «piden más poder y controlar los demás poderes» a fin de «censurar la libertad de expresión», un camino que solo conduce al «estancamiento y la destrucción».
«La libertad de expresión no es negociable», sentenció Macri.
Lacalle alertó sobre la influencia del intelectual comunista italiano Antonio Gramsci en las universidades estadounidenses, del «avance de sus ideas totalitarias», que traban, dijo, el «debate» académico e inculcan «preconceptos que impiden defender posiciones» contrarias.
Ejemplo de esta corriente ideológica en las universidades de EE.UU. sería el «radicalismo y totalitarismo» presente en la tendencia a «juzgar la historia» con formas actuales, algo que se materializa en el «odio» a cierto monumentos, que han sido eliminados o vejados.
Y en América Latina foros como el de Sao Paulo instigan el «azuzamiento de las comunidades indígenas, todo planificado», como «adversario del sistema de libertades», dijo.
Quiroga, en ese sentido, advirtió del peligro que entraña para la democracia en la región una posible entrada de Venezuela y Nicaragua en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
De lograrlo, alertó, supondría la «entrada de dos dictaduras, de un conglomerado criminal».
«¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a aceptar que sean socios de un organismo democrático regímenes autoritarios?», se preguntó el expresidente de Bolivia, para asegurar que esto pondría en serios problemas la capacidad de «defensa de la libertad de expresión como piedra angular de la democracia» en la región.