«Ha sido importante conocer lo que se está haciendo en otras partes y los problemas que tienen otros editores que a veces se parecen a los nuestros», dijo Carreño.
«Normalmente miramos solo hacia Europa y EE.UU. y ahora hemos podido compartir experiencias con editores de países como Ruanda», dijo.
También forman parte del programa de invitaciones Topito Ediciones, de Uruguay, y Petra Ediciones, de México, junto con editoriales de varios países de África.
El programa tiene como objetivo facilitar la presencia en la Feria a editoriales que de otro modo tendrían problemas para asistir.
Este año se optó con concentrarse en las dedicadas a la literatura infantil.
Antes de la Feria, los editores invitados asisten a un seminario de dos días sobre temas relacionados con la edición y los derechos de autor.
Cuando Carreño contó en uno de los talleres de ese seminario que para poder vender en EE.UU. «Chigüiro», uno de los libros claves de la editorial, habían tenido que ponerle ropa al personaje -un animal-, los colegas de Ruanda dijeron que ellos no podían vender libros cuyos personajes no tuvieran zapatos. «Zapatos, nunca lo hubiera pensado», dijo.
Otra cosa que le ha llamado la atención es el precio que pueden tener los libros en África. «Nuestros libros, si se comparan con los españoles, ya son rústicos y baratos. Nuestro libro más caro no vale más de cinco euros. Pero en Ruanda el precio de un libro no puede pasar de un euro», explicó.
Ese abrirse a otros mundos es una de las cosas importantes pero también, según Carreño, se han podido crear contactos con editores que hacen cosas parecidas a ellos y con los que se puede plantear una cooperación.
Babel es el resultado de un proyecto que empezó hace cerca de 20 años, primero como distribuidora de libros y librería y luego como editorial.
«Como distribuidores y libreros pudimos conocer el mercado y así prepararnos para crear la editorial, lo que hicimos en 2005», dijo.