La entrada ilegal en el país en Georgia se castiga con entre dos y cuatro años de prisión.
Saakashvili, de 53 años, que gobernó Georgia entre 2004 y 2013, fue condenado en ausencia en 2018 a seis años de prisión por organizar un atentado contra un diputado y a tres años por abuso de poder.
Posteriormente abrió otras dos causas penales contra el expresidente: una por malversación de fondos públicos por un monto de cinco millones de dólares y otra por emplear el Ejército para disolver un mitin opositor en 2007, cuando ejercía la jefatura del Estado.
El portavoz de la Fiscalía, Konstantín Kazitadze, indicó que Saakashvili entró clandestinamente en Georgia el 28 de septiembre pasado oculto en un camión con lácteos con la complicidad de varias personas, cuatro de la cuales han sido detenidas».
«Mientras esté en prisión no ingeriré alimentos en ninguna forma. Estoy dispuesto a morir, pero quiero mantener la mente clara y por eso aceptaré los fármacos que me prescriban los doctores», señaló hoy el expresidente en una declaración leída por su abogado.
Este martes un comité médico del sistema penitenciario recomendó la hospitalización de Saakashvili.