Fin de la visita de Melo

Entre este camino, que estaba recién trabajado por los curuguateños, y el antiguo de Palomares (que corría paralelo) todo era bosque, que en las cercanías de la Capilla de Carimbatay llaman Mboicha y en las de San Estanislao Caay-ho.

En los bosques de Caay-ho fue donde Azara por fin pudo cazar dos Jaku apetî (Pipile jacutinga). Otros dos ejemplares de esta ave, que los portugueses llaman yacutinga, le dieron los indios del pueblo de San Estanislao pero, como estaban muy estropeados, no le sirvieron.

Dichos indios le hablaron del Mbembéi (Forpus xanthopterygius), que en Asunción algunos conocen como Tu’î chyryry (por su canto) y otros Viudita; según le dijeron habita al Norte de la Provincia y únicamente durante el invierno bajan al Sur.

Azara dejó constancia de que solo en el Tapuá (Limpio) había visto una bandada de viuditas. El individuo que describió -suponemos- fue uno de los que tenía el doctor Juan Antonio de Zavala en su casa de Asunción.

También ahí le dijo un indio montés que su Araguirá 2ª especie (un Guyra pytá’î macho, Coryphospingus cucullatus) era un Guyra camby.

Sin mayores referencias de cómo los obtuvo Azara poseyó dos ejemplares de esta especie, uno que mató de un tiro y otro que mantuvo tres meses en jaula hasta que, rompiendo los palillos, se escapó.

De vuelta a Asunción. El día 10 partieron hacia Cuarepotí, también por el mismo camino de la ida. Durmieron en la estancia de Itacurubí, y al día siguiente comieron en Cuarepotí.

El 14 de agosto Azara salió solo, de madrugada y en un botecillo, con la idea de observar la latitud del Presidio de Ypytá. El viento contrario y fuerte no le permitió llegar a tiempo por lo que, sin poder hacer sus mediciones, esperó ahí el barco que traía al Gobernador y demás compañeros de viaje.

En la mañana del 16 de agosto de 1786 llegaron a Asunción, donde almorzaron.

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