«El acuerdo de hoy muestra cómo el liderazgo y la diplomacia de Estados Unidos están impulsando los intereses económicos de las familias trabajadoras estadounidenses», dijo Biden en un comunicado.
El pacto alcanzado este viernes incluye a 136 países y jurisdicciones, que abarcan más del 90 % del PIB mundial sobre los 140 que participan en las negociaciones, anunció la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), coordinadora del proceso.
El consenso llega tras años de negociaciones internacionales para evitar que las mayores empresas usen paraísos fiscales para evitar pagar más impuestos, y se logró después de que el nuevo Gobierno estadounidense de Biden pusiera fin a años de bloqueo durante la presidencia de Donald Trump (2017-2021).
«Establecer, por primera vez, una fuerte tasa mínima global allanará por fin el terreno para los trabajadores y contribuyentes estadounidenses, junto a los del resto del mundo», aseguró Biden.
El mandatario afirmó que sus presiones a otros países para conseguir ese impuesto de sociedades mínimo permiten estar «un paso más cerca de acabar finalmente con la carrera hacia el abismo» que, a su juicio, constituye el marco fiscal global actual.
Ese sistema, opinó, ha recompensado «durante décadas» a «las corporaciones multinacionales por llevarse empleos y beneficios al extranjero», mientras los «trabajadores y contribuyentes estadounidenses pagaban el precio».
Biden recalcó que esa situación no solo ha perjudicado a los trabajadores estadounidenses, sino que también ha «colocado a muchos aliados» en otros países «en una situación de desventaja competitiva».
El acuerdo anunciado por la OCDE asegurará «que las corporaciones que tienen beneficios pagan su parte justa (de impuestos)» y proporcionará a los Gobiernos «recursos para invertir en sus trabajadores y economías», señaló Biden.
El presidente pidió de nuevo al Congreso que apruebe sus planes económicos, de infraestructuras y de gasto social, que «continuarán la senda» del acuerdo global al «eliminar los incentivos para enviar al extranjero empleos y beneficios» de EE.UU., y subir los impuestos a las mayores fortunas del país.
La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, celebró también el acuerdo y aseguró que, cuando esté en vigor, la economía global será un lugar «mucho más fácil» para que los estadounidenses «encuentren un trabajo, ganen un salario o hagan crecer un negocio».
«En lugar de competir en cuanto a nuestra capacidad de ofrecer bajas tasas impositivas para las corporaciones, Estados Unidos competirá a partir de ahora en cuanto a los conocimientos de nuestros trabajadores y nuestra capacidad de innovar, que es una carrera que podemos ganar», dijo Yellen en un comunicado.
El acuerdo global se debatirá en la cumbre del G20 los próximos 30 y 31 de octubre en Roma, donde se estudiarán los próximos pasos para que lo pactado pueda aplicarse ya desde 2023.