Durante la ceremonia de apertura del Consejo Nacional Económico, Social y Medioambiental (CNESE)- un laboratorio de ideas formado por 200 miembros, figuras nacionales y de la diáspora- el mandatario lamentó que la economía sea «rentista» y «subdesarrollada», resultado de la mala gestión durante las últimas dos décadas, y llamó a los inversores locales a implicarse con el fin de evitar «antiguas prácticas».
En su lugar, apostó por una economía del conocimiento, limitar las importaciones y apoyar la producción nacional, principalmente la transformación de las materias primas locales, que podrían ser financiadas por el Estado en un 90%.
Sin embargo, Tebboune se mostró reacio a seguir costeando al sector privado, que representa el 85% de la actividad económica aunque recibe una financiación pública del 85%.
«Quienes quieran invertir deben olvidarse del Estado, que está para orientar, eso es todo», advirtió el dignatario.
Asimismo se felicitó por los buenos resultados de la exportación de productos- al margen del sector hidrocarburos- que ha facturado hasta ahora 3.000 millones de dólares y se espera que alcance los 4.500 millones a finales de este año gracias al refuerzo de la producción local.
En cuanto a las importaciones, éstas pasaron de 6.000 millones de dólares durante la última década a los 3.000 millones actuales.
«Argelia no seguirá con la deuda pero si debemos pedir prestado lo haremos de forma interna, no del Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial», anunció Tebboune ante los miembros del CNESE, a los que invitó a buscar soluciones para recuperar el dinero de la corrupción.
En este sentido, el jefe de Estado destacó el peso de la economía informal, estimada en 90 millones de dólares, y denunció un «verdadero sabotaje» por parte de aquellos que dirigen la burocracia.
El político presentó este órgano recién creado como una «institución de la Nueva Argelia», en contraposición con el antiguo régimen dirigido por el exmandatario Abdelaziz Bouteflika, fallecido el pasado 19 de septiembre; y que se nutre de la experiencia argelina sin necesidad de «recomendaciones importadas».
Argelia atraviesa una aguda crisis económica que arrastra desde que en 2014 se desplomaran los precios del petróleo, materia que constituye su principal riqueza y que representa junto al gas el 95 % de las exportaciones de un país sin apenas industria.