«Sin duda la falta de comunicación y de consultas entre socios estrechos, como somos, ha creado dificultades reales, y no da una buena imagen de la coordinación entre aliados sólidos», señaló Borrell en una conferencia de prensa en Nueva York.
El español subrayó que lo sucedido «no es bueno para Occidente» y no se limita a un problema bilateral entre EE.UU. y Francia, sino que es algo que «afecta a la Unión Europea en su conjunto».
Borrell, sin embargo, se mostró satisfecho con los pasos dados para arreglar la crisis, sobre todo con la llamada que mantuvieron esta semana el presidente estadounidense, Joe Biden, y el francés, Emmanuel Macron, «en un momento en el que las tensiones parecían estar creciendo».
En ese sentido, destacó como fundamental el reconocimiento por parte de Biden de que el proceso no se gestionó adecuadamente y que habría sido bueno mantener consultas previas con los aliados antes del anuncio del pacto de defensa con el Reino Unido y Australia, que llevó a que este último país anulara un contrato con Francia para la construcción de doce submarinos, valorado en unos 56.000 millones de euros.
«Tenemos que establecer un sistema para evitar estos problemas en el futuro», señaló Borrell, que apostó por un «diálogo estructurado» con EE.UU. en materia de seguridad y defensa.
Además, consideró muy importante el hecho de que, tras la llamada, Washington expresara su apoyo a que la UE tenga un mayor papel en materia de defensa, de forma complementaria con la OTAN.
«Esta crisis debe superarse, pero queda mucho trabajo por delante para recuperar la confianza, para implementar nuestra estrategia en el Indopacífico trabajando con EE.UU. y otros y para asegurar un verdadero progreso en la adquisición de las capacidades de defensa que necesitamos con el fin de asumir una parte mayor de nuestras responsabilidades», señaló Borrell.