Las injustas, por no demostradas históricamente, acusaciones de Fray Bartolomé de las Casas de que López de Gómara, clérigo de la provincia de Soria (norte de España), poco menos que había escrito su obra “por encargo” y al “dictado de Cortés” acabaron convirtiendo en un “repetido prejuicio” que también había desempeñado las funciones de capellán del conquistador, cuando no lo fue sino en el entorno del príncipe Felipe.
La primera versión de “La Historia de las Indias y conquista de México” ha sido rescatada ahora, en edición de la profesora peruana de la Universidad de Ginebra Belinda Palacios, por la Biblioteca Castro, colección consagrada a los clásicos, y en un volumen que roza las mil páginas, en coincidencia con el 500 aniversario de la conquista de Tenochtitlán y en el 200 aniversario de la independencia de México.
Investigaciones efectuadas en los últimos treinta años dejan sin fundamento las acusaciones de Las Casas contra López de Gómara, además de que, como advierte esta edición, “no se ha encontrado tampoco ningún documento oficial” que atestigüe que trabajara para Hernán Cortés “ni como capellán, ni como cronista”.
Esta edición achaca esas acusaciones de Las Casas a “las duras críticas que le prodigó López de Gómara en más de una ocasión en su obra, especialmente en el capítulo titulado ‘La muerte de muchos españoles'”, en el que afirma:
“Bartolomé de las Casas, como supo la muerte de sus amigos y pérdida de la hacienda del rey, metiose fraile dominico en Santo Domingo; y así, no acrecentó nada las rentas reales ni ennobleció los labradores, ni envió perlas a los flamencos”.
Esta edición recuerda igualmente que ningún contemporáneo de López de Gómara “ni tampoco sus múltiples detractores” lo acusó nunca de haber trabajado para Cortés, una afirmación que tampoco se sostendría si se tiene en cuenta que su obra contiene consideraciones desfavorables que Cortés no hubiera consentido y errores evidentes que no se habrían producido de haber sido supervisados por el conquistador.
Sí existe un documento, de alrededor de 1529, en el que el propio López de Gómara dice haber conocido al conquistador, y ese encuentro “podría explicar la fascinación que sintió Gómara por el personaje de Hernán Cortés, que llegó rodeado de pompa y acompañado de criaturas exóticas y presentes para el emperador, y con el relato de cómo había conseguido someter en muy poco tiempo un riquísimo imperio situado al otro lado del océano”.
López de Gómara, que nunca viajó a América, nació en 1511 en la aldea de Soria de la que tomó el nombre y trabajó durante la década de 1540 en su “Historia”, que publicó finalmente en 1552 y que enseguida, gracias a su estilo accesible y ameno, logró una gran popularidad, con lo que la prohibición real que pesó sobre ella sólo un año después, en 1553, no pudo detener su difusión por Europa por lo rápidas que fueron sus traducciones al italiano, al francés y al inglés.
Esa censura duró casi dos siglos, pese a lo cual fue una de las obras más leías de su época gracias a esas traducciones, y los nuevos editores de la obra atribuyen las razones de su prohibición a las críticas que López de Gómara deslizó en sus páginas.
Aunque la crónica se basa en la hazaña del puñado de hombres que lograron dominar buena parte del continente americano en apenas sesenta años -la crónica abarca desde la aventura de Cristóbal Colón-, pueden apreciarse entre líneas críticas a la propia Corona y a los soldados españoles que, llevados por su codicia, maltrataron a los nativos.
Esas críticas sólo figuran en la primera versión de la obra, que es la de esta edición, y fueron atenuadas por el propio autor en ediciones posteriores, lo que no evitó su prohibición.