El Manchester United conquistó una victoria agónica en el Olímpico de Londres e igualó al Liverpool (13 puntos) en el liderato de la Premier League. Por la quinta jornada y en el tercer partido (uno por Champions League) desde el regreso de Cristiano Ronaldo, los Diablos Rojos vencieron 2-1 al West Ham en un emocionante partido, que tuvo el gol del triunfo en el epílogo y un penal desviado por David de Gea en el quinto minuto de adición.
El conjunto de Solskjaer comenzó perdieron por un infortunio: a la media hora de juego, el argelino Mohamed Said Benrahma remató de larga distancia y el tiro impactó en Rapahel Varane, quien provocó el desvío del balón para descolocar al portero español y abrir el marcador para los Hammers. La ventaja duró poco ya que cinco minutos después, Cristiano convirtió el empate al aprovechar un rebote del arquero polaco Lukasz Fabianski.
Aunque el primer tiempo tuvo dos goles, lo mejor del choque apareció en la complementaria, exactamente en los últimos veinte minutos. Jesse Lingard, aplaudido por los hinchas locales por su pasado en West Ham, reemplazó a Paul Pogba a los 73′ y terminó siendo el segundo protagonista de la remontada. A los 89′, producto de una acción individual dentro del área, el inglés anotó un golazo, pero a pesar de la calidad y el valor del tanto, no festejó por respeto.
El United encaminaba la victoria, pero una mano del lateral izquierdo Luke Shaw dentro del área, que fue revisada por el VAR, permitió que los dueños de casa tengan la oportunidad de empatar y rescatar un punto en el final. El entrenado escocés David Moyes decidió incluir al histórico Mark Nobel solo para ejecutar el penal: el atacante de 34 años ingresó, fue a tomar el balón, pero De Gea tapó la ejecución y sentenció el triunfo en una jugada insólita.