La mitad de los brasileños cree que Bolsonaro puede dar un golpe de Estado

La encuesta también señaló que un 56 % apoya que el Congreso inicie un juicio político con fines de destitución contra el mandatario, porcentaje similar al registrado en julio (54 %), frente a un 41 % que rechaza esa posibilidad.

Los resultados del sondeo llegan después de semanas de tensión institucional entre Bolsonaro y el Parlamento y la Corte Suprema, que le ha incluido en varias investigaciones por asuntos diversos, entre ellos la difusión de noticias falsas y antidemocráticas.

En este contexto, un 30 % de los brasileños cree que hay «muchas posibilidades» de que el jefe de Estado quebrante el actual régimen democrático, mientras que un 20 % reconoce que es posible ese escenario, pero «poco» probable.

Por el contrario, un 45 % de los encuestados considera que «no hay ninguna posibilidad» de que se produzca un golpe de Estado encabezado por el capitán retirado del Ejército.

Asimismo, un 51 % teme el regreso de la dictadura a Brasil, como ya ocurrió con los militares entre 1964 y 1985. Ese porcentaje es el más alto desde que Datafolha empezó a preguntar por esa cuestión, en febrero de 2014.

Si bien, un 70 % defiende que la democracia es el mejor sistema para el país, la segunda marca más alta desde el inicio de la serie histórica, en 1989; mientras que el apoyo a un régimen dictatorial cayó a su nivel más bajo, apenas un 9 %.

La encuesta es fruto de 3.667 entrevistas a personas de más de 16 años realizadas entre los días 13 y 15 de septiembre, en 190 municipios del país. El margen de error es de dos puntos.

Bolsonaro encabezó el pasado 7 de septiembre, Día de la Independencia de Brasil, una jornada nacional de protestas tildadas de antidemocráticas por sectores políticos, en las que amenazó con «poner firme» a la Corte Suprema y no cumplir sus sentencias.

El pulso entre Bolsonaro y el Supremo viene de largo y empezó a agravarse a partir del año pasado.

El gobernante es investigado en el alto tribunal en el marco de un proceso que ya ha llevado a la cárcel a numerosos activistas de ultraderecha por la diseminación de noticias falsas y ataques a las instituciones del país.

Esa retórica antidemocrática de Bolsonaro ha generado una ola de críticas de jueces, parlamentarios y hasta de partidos políticos de su propia base, ante lo cual casi que pidió disculpas en una llamada «Carta a la Nación».

En la misiva, Bolsonaro hizo un llamado a la «armonía» entre los poderes, aseguró que «nunca» quiso «agredir» a las instituciones y pidió «unión» frente a los problemas económicos y sociales que enfrenta Brasil.

Desde entonces, el mandatario, que atraviesa su peor momento con los índices de reprobación más altos desde que asumió el poder en 2019, ha bajado el tono en los actos oficiales en los que ha participado.

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