La premisa de la obra parte de la relación de Aldo y Beto desde el punto de vista del desgaste, lo que genera una convivencia mecánica y monótona.
En ese contexto aparece César, un amigo de Aldo que llega del extranjero a pasar unos días en su departamento. La nueva presencia altera la delicada situación de la pareja, ya que ambos encuentran en el recién llegado un atractivo que pone a prueba las estructuras y paradigmas sobre los que se desarrolla su relación.
La obra es el resultado de un proceso de creación colectiva a partir de una idea original de Mario González Martí y de un libreto desarrollado por los propios actores de la obra, quienes invitaron al director de teatro y cine brasileño Ricardo Alves Jr. para que tome la posta de la dirección.
Explorando lenguajes
En conversación con ABC Color, González Martí explicó que muchos disparadores dieron pie a la idea inicial. En su caso personal fue una despedida. Alguien especial para él decidió marcharse en 2019 a otro país, proceso que pudo procesar a través de la escritura.
Además, resaltó que la obra se nutre de vivencias de amigos y de la mirada de sus colegas en escena. “Creo que la obra es tan valiosa porque si bien es una idea que se me generó, mutó muchísimo. Tiene la fuerza, la mirada, la impronta de los tres. Fue eso lo que hizo que esto se enriquezca, hacer arte en comunidad”, destacó el actor.
Explicó que el proceso de creación incluyó improvisación y grabación de las escenas, con el acompañamiento de la jefa de producción Patricia Sánchez y la asistente Cecilia Torres, “fundamentales” para esta obra.
“Después le invitamos a Ricardo y por suerte teníamos todo grabado. Le gustó el concepto cinematográfico que manejábamos y ahí a él se le ocurrió hacer esa puesta híbrida. Hacemos teatro y de repente nos damos la vuelta y estamos haciendo cine. Se asume que es un departamento pero también un set de grabación”, detalló sobre la propuesta.
Asimismo, mencionó que buscan mostrar una analogía, porque están “desnudando la intimidad de una pareja que se abre a un tercero pero también estamos desnudando el dispositivo de creación de ficción”. En esa parte son claves Rebe Elías, Maga Araújo e Ivo Espínola, que son el equipo de grabación.
El lenguaje teatral y audiovisual se conjugan en la puesta «Azul». (GENTILEZA/)
Unir mundos
“Todo el tiempo es un juego entre lo teatral, lo cinematográfico, la ficción y la realidad”, remarcó. En dicho sentido, Mario confirmó que tienen un gran desafío en cuanto a lo actoral por “tener que estar todo el tiempo cambiando de chip”. “Tenés que estar con la expresión y la proyección del teatro pero de repente te das la vuelta y ya no te podes mover tanto porque ya está siendo mucho para la cámara”, explicó.
Sobre este punto expresó que trabajar con Ricardo fue fundamental al venir él también del mundo del cine. El director, dijo Mario, les hace sentirse “muy contenidos y seguros” porque él sabe lo que les está pidiendo.
La obra gira en torno a una relación que empieza a desgastare y se ve tambaleando ante la aparición de un tercero. (GENTILEZA/)
Azul y diversidad
Cuando la persona se fue de la vida de Mario él escribió: “Desde que te fuiste todo se volvió azul”. En inglés, la palabra azul también es una expresión que involucra un estado de ánimo como la melancolía o la tristeza.
El actor explicó que primero todo partió de ese concepto pero al desarrollar la obra esto fue mutando. De hecho el proyecto se llamaba “La habitación azul”. “Nos dimos cuenta que el concepto del azul iba más allá de esa cuestión de sentirse bajón o nostálgico, frío. Es más, nos dimos cuenta que la percepción del color justamente es algo muy personal en cada uno. Para otra persona puede significar la libertad, que es lo que pasa en la obra”, expuso el actor, destacando en esta parte el trabajo de Pamela Paredes también que “con ese mismo concepto hizo la visualización”.
Parte importante de la puesta en escena, señaló Mario, fue el trabajo corporal que hicieron con Maca Candia, quien les otorgó “comodidad y seguridad” a la hora de pensar en el trabajo escénico.
Asimismo, para Mario es importante estrenar esta obra en setiembre, mes de la diversidad y al recordarse la trágica persecución a homosexuales en 1959. “Sabemos lo que pasó en setiembre décadas atrás y la verdad es que las cosas yo no sé si cambiaron tanto. Para nosotros como grupo es importante crear esta historia porque tenemos que ser parte de esa bandera del cambio”, manifestó.
Desde su punto de vista, la situación de los personajes de la obra muestra “una cuestión mucho más universal”. Pronunció que se habla de cambios, del erotismo y, sobre todo, “hablamos de un acto político porque hablamos de una pareja de chicos gay en un país como Paraguay, y es demasiado necesario hacer esta desmitificación que uno tiene sobre lo que son las parejas gays”, puntualizó. “Creemos que esta obra es un acto político”, sostuvo.
Ricardo Alves Jr. es el director de «Azul». (GENTILEZA/)
El amor en la escena
“Yo lo siento como un homenaje al amor. Yo creo que también los chicos lo toman así”, pensó González Martí sobre la puesta. Amplió que para él “es un homenaje a esas historias que uno vivió y que se te quedan, o a ese amor que siempre está pero se transforma en otras cosas. El amor hacia una opción de vida”, resaltó el actor.
“Queremos que todos vayan a ver esta obra por lo que cuenta, por lo que dice, queremos sentar postura, pero también porque es un espectáculo. Aparte de reflexionar sobre cuestiones de la situación de LGBT en Paraguay o de dar una mirada diversa en la relación de pareja o de las posibilidades del amor también te ofrece un espectáculo visual, teatral, audiovisual”, cerró.
Más datos
La obra sube a escena en el espacio alternativo ubicado en Pasaje Molas entre Cerro Corá y 25 de Mayo. Contará con más funciones este sábado 18 a las 20:00 y el domingo 19 con doble función a las 19:00 y 21:00. Las entradas anticipadas cuestan G. 50.000 y en puerta G. 70.000. Reservas al (0982) 839489.
El equipo se completa con Ronald Von Knobloch y Fátima Báez (diseño y operación de sonido), Martín Pizzhicchini (iluminación), Mario Vera Bruno y Pedro Vera (escenografía), Diego Álvarez y Giovanni Ferreyra (asistencia), José María Tottil y Virgilio Centurión (asistencia de iluminación), Guadalupe Lobo (diseño gráfico), Rut Ortiz Montenegro (foto fija) y Néctar (prensa).