Champán, esmoquin y James Blunt: vuelve el festival más esnob de Inglaterra

Si hay algo que diferencia al Henley Festival es, sin duda, su estricto código de vestimenta, pues se deniega la entrada a todo aquel que no vaya de etiqueta: los hombres con esmoquin clásico o traje; y las mujeres con vestido de fiesta. La única excepción es el domingo, con una jornada de ambiente familiar.

Nacido en 1982 y situado en un entorno privilegiado a las orillas del río Támesis, muchos aprovechan para disfrutar este evento desde sus embarcaciones privadas y durante el crepúsculo de un mes de septiembre inusualmente cálido.

Otros, en cambio, templan sus gargantas a base de Möet & Chandon mientras admiran las obras de las galerías de arte que exhiben allí temporalmente, como la del escultor Fred Gordon, que debutó en Henley este año y a quien le está «yendo muy bien», según comentó a EFE.

El artista describe el Henley Festival como «algo así como un festival de música», al mismo tiempo que una plataforma genial para exponer y vender su arte, debido al gran poder adquisitivo de los concurrentes.

En concreto, Gordon se especializa en esculturas de animales salvajes hechas con arcilla y cera, como la que construye «in situ» en el evento. Comienza con un marco de metal en el que construye el resto del esqueleto del animal, para luego escayolarlo, y fundirlo en bronce.

Pero el arte en este festival también es itinerante, a cargo de una compañía de acróbatas que tanto rememoran subidos a un globo-monociclo el viaje de 80 días alrededor del mundo de Phileas Fogg como manejan unos elefantes mecánicos de tamaño real o se convierten en árboles luminosos.

Henley ofrece diferentes espacios creativos para el deleite de todos sus asistentes, tales como «The Bedouin», dedicado a músicos emergentes británicos; así como un escenario de música jazz, o de monólogos de comedia.

Sin embargo, el momento estelar de cada noche sucede sobre su gran escenario flotante, por el que en esta edición pasan nombres como Madness, James Blunt o Sophie Ellis-Bextor.

«Este es el lugar más pijo en el que he tocado. ¿Os habéis arreglado todos para mí?», dijo Blunt haciendo gala de su humor, para después admitir que llevaba diecisiete años con el deseo de subirse al escenario del Henley Festival.

El público, que para acceder debía presentar el pase de vacunación o una prueba negativa reciente de covid, se olvidó de las mascarillas y se entregó por completo al repertorio de Blunt, que abarcó desde su famosísima «You´re Beautiful», hasta su tema más reciente, «Love under pressure».

Según confirmó a EFE la organización del Henley Festival, en esta ocasión esperan rondar los 20.000 asistentes en total (unos 5.000 de media por día). Las entradas de día pueden alcanzar hasta las 135 libras (158 euros/ 186,20 dólares).

Elton John, Shirley Bassey, Rita Ora, Tom Jones o Jamie Cullum son algunas de las caras conocidas que actuaron en el Henley Festival en ediciones anteriores.

Un festival que nació como una organización benéfica con el objetivo de llevar arte y música hasta Henley, con una esencia que continúa en forma de subasta virtual, e incluye cuadros de Picasso, Dalí; o autógrafos del tenista Novak Djokovic o el fallecido Diego Armando Maradona, entre otros.

La burbuja de esnobismo que envuelve al Henley Festival estalla al cruzar el arco de salida, donde incluso los asistentes continúan desaliñados la fiesta en el aparcamiento y, al otro lado del río, las pajaritas y los tacones de aguja pasan a ser algo anecdótico.

Sea como fuere, el festival más elitista de Inglaterra está de vuelta, y promete elevar el brillo y el glamour que lo caracteriza a la máxima potencia en 2022, cuando cumplirá su 40 aniversario.

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