La forma convexa de los Andes se generó por rotaciones paleomagnéticas en direcciones opuestas, en sentido horario y al contrario, de los dos bordes de la curva orogénica, lo que determinó la curvatura de los Andes, que antes tenían una forma más recta, reveló el estudio elaborado por el INGV, la Escuela Superior Politécnica del Litoral de Guayaquil (Ecuador) y la Universidad de Toronto (Canadá).
Los nuevos datos paleomagnéticos se obtuvieron tras el análisis en laboratorios del INGV de rocas volcánicas de los Andes de entre hace 40 y 10 millones de años y que ahora han permitido publicar los resultados en la revista “Tectonics” de la Unión Americana de Geofísica (AGU), en los que se bautiza al arco en los Andes ecuatorianos como Oroclino ecuatoriano.
“De nuestros estudios se desprende que la geometría de los Andes es similar a la del Cratón amazónico, una porción muy antigua y rígida de la placa sudamericana, que data de hace más de 1000 millones de años”, explicó en un comunicado una de las autoras del estudio, Gaia Siravo, investigadora del INGV.
Siravo señaló que es probable que el Cratón amazónico, un bloque rígido en el Amazonas, “limitase la propagación de la deformación orogénica, imponiendo la misma geometría” a la cordillera, por lo que “los Andes siguen la curvatura del borde occidental del Cratón amazónico”.
Los resultados del estudio también permitieron entender la formación del Valle Interandino, una depresión situada a 2.500 metros sobre el nivel del mar en el centro de la cordillera y rodeada por elevaciones de 3.000 a 4.000 metros.
“La formación del valle data de hace 10 millones de años y es substancialmente contemporánea con la época de la curvatura en el sentido de las agujas del reloj observada en la Cordillera Occidental”, indicó el investigador del INGV y coautor del estudio, Fabio Speranza.
Los Andes son una cordillera de 8.000 kilómetros a lo largo del límite occidental de América del Sur, desde el Caribe hasta la Tierra del Fuego, formada por la interacción de las placas de Nazca, el Caribe y la Antártida bajo la placa sudamericana.