Xiaomi argumentó que «investigaría el posible contrabando de sus equipos en varios países» como Cuba, Irán, Siria, Corea del Norte, Sudán y Crimea, según el diario chino Global Times.
Al respecto, el embajador de Cuba en China, Miguel Ángel Pereira, publicó en su cuenta en Facebook que era «un claro ejemplo de singularización y estigmatización que contradice la postura firme del PCCh (Partido Comunista de China) y del gobierno chinos en este importante tema».
«La alusión a la presencia en nuestro país de un mercado gris asociado a dispositivos Xiaomi, es injusta e inexacta, dado que el consumo de estos dispositivos es privado e individual, en tanto esta compañía no cuenta con representación local ni Cuba es parte de un proceso de exportación», añadió Pereira.
La publicación china señaló que algunos medios atribuyeron la decisión de Xiaomi de bloquear sus teléfonos a la «jurisdicción de brazo largo» de Estados Unidos y las presiones de este país.
Sin embargo, un portavoz de la compañía aludió que el «bloqueo temporal» fue solamente por cuestiones de seguridad.
La decisión provocó quejas de los usuarios cubanos, mientras los expertos aconsejaron no actualizar el sistema e instalar cortafuegos para solucionar el problema.