«(…) Quisiera subrayar el hecho de que los procesos políticos que llevábamos a cabo están estancados desde hace unos tres años», señaló Al Asad durante una reunión no anunciada con el presidente ruso, Vladímir Putin, el lunes por la noche en el Kremlin y de la que la Presidencia rusa solo informó este martes.
«Hay ciertas razones para ello. Hay ciertos Estados que, en todo lo que pueden, afectan de manera destructiva la posibilidad de llevar a cabo procesos políticos», afirmó el presidente sirio, sin mencionar a ningún país en concreto.
Según el líder sirio, algunos países, entre ellos EEUU, han impuesto sanciones a los sirios, las cuales «pueden ser clasificadas como antihumanas» y «no legítimas».
«Hay otros factores y los entendemos perfectamente y estamos intentando hacer lo mejor que podamos para resolver esos problemas apremiantes», indicó Al Asad.
La última reunión del Comité Constitucional para Siria -formado por representantes del gobierno, la oposición y la sociedad civil- se celebró en enero pasado en Ginebra y el enviado especial de la ONU para el país árabe, Geir Pedersen reconoció entonces que están fracasando las negociaciones para redactar una nueva Carta Magna.
Putin a su vez, que felicitó al presidente sirio por su reciente cumpleaños el pasado día 11, afirmó que la victoria de Al Asad en las elecciones presidenciales «muestra que la gente confía en usted y que, pese a todas las dificultades y las tragedias de los años pasados, todavía asocian el proceso de recuperación y la vuelta a la vida normal con usted».
«Sé que usted está haciendo mucho para ello, incluido para establecer un diálogo con sus oponentes políticos. Realmente espero que este proceso continúe», sostuvo.
«Solo la consolidación de todas las fuerzas en Siria permitirá al país levantarse y comenzar un desarrollo progresivo, avanzar», afirmó el jefe del Kremlin, el principal aliado de Al Asad.
Putin sostuvo que el Gobierno sirio controla el 90 % del territorio del país tras ayudar Rusia al régimen de Al Asad en su lucha contra la oposición armada.
El mandatario ruso admitió que aún existen «focos de resistencia», si bien los refugiados «vuelven activamente a las áreas liberadas».
En opinión del presidente ruso, el principal problema es que «fuerzas armadas extranjeras» permanecen en Siria sin la autorización de Naciones Unidas y de Damasco.
Ello, dijo, «impide hacer el máximo esfuerzo para consolidar la nación y promover la restauración a un ritmo que sería posible si el Gobierno legítimo controlara todo el territorio».