En un comunicado, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador (SNAI), precisó que el ataque, «estaría dirigido a los cabecillas de las bandas» y calificó de «grave» la situación que se vive en las cárceles al asegurar: «Estamos en medio de una guerra entre carteles internacionales».
El suceso se produjo de madrugada y, tras las explosiones, varios agentes de la Policía ecuatoriana ingresaron en la prisión para salvaguardar su seguridad.
El jefe de la Unidad de Contingencia Penitenciaria, Santiago Jácome, informó de que unidades tácticas incursionaron en la cárcel para mantener el control después de los ataques con aparatos no tripulados.
El uniformado confirmó que sobre las 3:30 de la madrugada, hora local, se escuchó el sobrevuelo de un dron sobre la cárcel de Guayas, lo que alertó al dispositivo de seguridad perimetral del centro penitenciario que activó los protocolos correspondientes.
«Según versiones de vecinos y de propietarios de los inmuebles colindantes, se han escuchado dos detonaciones», aclaró el funcionario.
Personal técnico de Criminalística ha llevado a cabo pesquisas en la prisión y sus inmediaciones para dar con indicios, artefactos o vestigios que puedan evidenciar la actividad de los aparatos sin piloto.
El Gobierno de Ecuador anunció el mes pasado que destinará 75 millones de dólares en los próximos cuatro años para atajar la crisis de su sistema penitenciario.
El caso más elocuente de la grave situación se dio en febrero cuando dos bandas protagonizaron un enfrentamiento en cuatro centros penitenciarios que acabó en la muerte de casi 80 reclusos, aunque los casos son constantes y en julio murieron otra veintena en un caso similar.
Las autoridades atribuyen los enfrentamientos a las disputas entre bandas y al crimen organizado, que deja más de medio millar de asesinatos sólo en la provincia de Guayas.