En un comunicado difundido este lunes en sus canales de comunicación frecuentes, la guerrilla aseguró que tiene en su poder al sargento segundo Fabián Andrés Espitia y al soldado Elvis Andrés Flores, que pertenecen a la fuerza de tarea Quirón, una unidad terrestre del Ejército que opera en esta zona y en el departamento de Norte de Santander.
“A los prisioneros se les está dando el trato humano de acuerdo a la realidad de la guerra que se vive en la región”, subrayó el grupo insurgente.
El ministro de Defensa, Diego Molano, explicó el pasado viernes que los dos militares fueron retenidos por hombres armados del ELN y llevados, supuestamente a Venezuela, y también remarcó que no se tenía información de ellos desde el pasado 7 de septiembre.
Los dos capturados “desarrollaban actividades de espionaje en zona rural del municipio de Tame, departamento de Arauca”, aseguró el ELN en el escrito, donde explicó que ambos tenían sus armas de dotación y se adentraron al “área de control” de la guerrilla.
El comandante del Ejército, el general Eduardo Zapateiro, tildó el viernes el acto de “totalmente maquiavélico”, y explicó en una comparecencia conjunta con Molano que el sargento estaba realizando tareas administrativas e iba a pagar la nómina en un pelotón que estaba en el área donde le secuestraron junto al soldado.
“Anunciamos que en los próximos días serán liberados con los protocolos humanitarios correspondientes”, anunció también el ELN, que pidió que “cesen los operativos” en la zona para garantizar la liberación.
En Arauca una disidencia de las FARC -el Frente 28 José María Córdoba- secuestró también el pasado 18 de abril a un teniente coronel del Ejército, Pedro Enrique Pérez.
El Ejército aseguró hace dos semanas que el teniente coronel fue asesinado en Venezuela, pero el grupo disidente insistió en que sigue vivo y forzó a un periodista local a ir a grabar una prueba de vida.
El año pasado, Human Rights Watch (HRW) denunció en un informe que en el departamento colombiano de Arauca y el vecino estado venezolano de Apure la población está a merced de grupos guerrilleros y otras organizaciones armadas que cometen todo tipo de abusos.
Con testimonios de un centenar de habitantes, HRW documentó abusos en ambos lados de la frontera por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN), una disidencia de las desmovilizadas FARC y las venezolanas Fuerzas Patrióticas de Liberación Nacional (FPLN).