Estos comicios estuvieron marcados por la derrota rotunda del PJD, que ha dominado la escena política marroquí en la última década y solo mantendrá 13 de sus 125 escaños en la Cámara de Representantes (cámara baja, 395 asientos) gracias a las listas de la cuota femenina.
Las elecciones, que aunaron por primera vez las legislativas y las locales, dieron una victoria abrumadora al partido centrista Agrupación Nacional de Independientes (RNI, en sus siglas en francés) a cuyo presidente, el millonario Aziz Ajanuch, el rey Mohamed VI le encargó ayer formar gobierno.
En los comicios legislativos, el territorio marroquí se divide en 92 circunscripciones electorales locales para 305 escaños, y en 12 regionales para 90 escaños.
A diferencia de las circunscripciones locales, en las que las mujeres compiten en las mismas condiciones que los hombres, en las 12 regionales, creadas para fomentar la paridad, compiten las conocidas como «listas femeninas» o regionales que deben llevar necesariamente a mujeres en los puestos primero y segundo aunque pueden incluir un tercio de hombres.
En las elecciones legislativas, el votante tiene que escoger dos papeletas para depositarlas en la urna, una es la «lista femenina» o regional, y la otra es la lista local donde hombres y mujeres compiten en igualdad. En el caso de esta última lista, el porcentaje de mujeres elegidas ronda el 2 por ciento.
Sin embargo, es casi imposible que gane un hombre en las circunscripciones regionales por la manera en que se calcula el cociente electoral que permite que ganen únicamente las mujeres en la cabeza de las listas electorales y raramente las que se encuentran en segunda posición.
«El cociente electoral ha dispersado el voto, por lo que ninguna lista ‘femenina’ puede conseguir más de un escaño y los partidos más votados se reparten entre ellos los asientos que corresponden a cada circunscripción», explicó a Efe el analista político Bilal Talidi.
A excepción de un miembro de la ejecutiva del partido, Abdalah Buanu, ningún dirigente importante figura entre los 13 candidatos del PJD que han obtenido asientos parlamentarios en estos comicios.
Este resultado se debe a que la formación ha presentado a candidatos menos conocidos en las listas femeninas, mientras que sus dirigentes se presentaron por las listas locales, las más castigadas por los votantes.
Asimismo, el partido islamista no ha conseguido el mínimo de miembros necesarios para formar un grupo parlamentario y empezará el nuevo mandato legislativo con diez diputados que llegan por primera vez a la Cámara de Representantes.
«El partido entrará a la acción política privado de sus dirigentes con experiencia y carisma. Tendrá dificultades hasta para hacer labor de oposición, y sobre todo se dedicará a reconstruir sus filas», subrayó Talidi.