“El calendario está anticuado. Hay que organizarlo de forma que sea eficiente, agrupando las ventanas internacionales, en lugar de diferentes parones, que no son prácticos. Que haya menos viajes y más partidos importantes. Reagrupar y jugar menos partidos clasificatorios”, explicó Wenger.
La estrategia de la FIFA pasa por jugar la Copa del Mundo en 2026, agrupar en 2027 los torneos de confederaciones, y volver a disputar el Mundial de 2028.
Así, la FIFA busca beneficiar a los equipos, evitando que tengan que liberar con más frecuencia a los jugadores, y a las federaciones, dándoles más oportunidades para hospedar el Mundial.