En esa región también se han registrado al menos 1.100 violaciones a mujeres, denunció en rueda de prensa en Ginebra el portavoz del organismo, Boris Cheshirkov.
La gran mayoría de los desplazados han sido acogidos por familias, «que han mostrado gran generosidad hacia sus compatriotas pero están agotadas y necesitan apoyo», subrayó el portavoz.
Cheshirkov indicó que las duras condiciones de vida de estos desplazados y la falta de alimentos en ocasiones les fuerzan a regresar a sus lugares de origen pese a que aún son inseguros, lo que provoca que casi dos tercios de los abusos los sufran estas personas retornadas, según las cifras de ACNUR.
Muchos de los ataques se han atribuido a las llamadas Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), compuestas por rebeldes islamistas procedentes de la vecina Uganda, cuyos abusos «han aumentado en brutalidad desde finales de 2020», señaló el portavoz.
La declaración el pasado mayo de estado de sitio en las principales provincias afectadas (Ituri y Kivu Norte) no ha reducido los casos de ataques y asesinatos, añadió la fuente oficial.
El estado de sitio ha puesto en manos de militares el mando en esas provincias y ha incrementado en ellas las operaciones del ejército nacional congoleño, lo que ha conseguido que algunos grupos armados de la zona hayan depuesto las armas.
Sin embargo, también se han producido los ataque de estas milicias en represalia contra pequeñas localidades que perciben como «colaboradoras» con las fuerzas militares de RDC, advierte ACNUR.