Trudeau se defiende de ataques de la oposición en el primer debate televisado

Pero Trudeau fue incapaz de responder una vez más a la principal cuestión que persigue al Partido Liberal desde el inicio de la campaña electoral y que ha provocado que los liberales estén por detrás del Partido Conservador en los sondeos: por qué elecciones anticipadas solo 24 meses después de los anteriores comicios.

A Trudeau, como al resto de los líderes presentes en el debate, también se le pidió su compromiso, en caso de ganar las elecciones sin obtener mayoría absoluta, de no celebrar comicios hasta dentro de cuatro años.

La pregunta fue la primera que lanzó uno de los dos moderadores del debate, que se realizó totalmente en francés, lengua oficial del país junto con el inglés.

Trudeau, que desde el inicio de la campaña electoral el 15 de agosto no ha respondido de forma satisfactoria a la pregunta, ignoró la cuestión y se centró en atacar a los conservadores y su líder, Erin O’Toole.

Los otros cuatro líderes políticos, O’Toole por los conservadores, Jagmeet Singh, del socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), Yves-Francois Blanchet, del soberanista Bloque Quebequés (BQ), y Annamie Paul, del Partido Verde, no solo se comprometieron a respetar el plazo de cuatro años sino que expresaron su oposición a las elecciones anticipadas.

Los cuatro, acusaron a Trudeau de disolver el Parlamento por intereses partidistas cuando las encuestas señalaban que los liberales podrían obtener la mayoría absoluta que perdieron en las elecciones de 2019, a pesar de que los comicios costarán 610 millones de dólares canadienses (unos 473 millones de dólares estadounidenses) y se celebrarán en plena cuarta ola de la pandemia.

El mensaje de la oposición parece haber calado entre el electorado. Un sondeo del pasado 3 de septiembre señala que el 75 % de los canadienses no considera necesaria la votación del 20 de septiembre y desaprueban la decisión de Trudeau.

Trudeau también estuvo a la defensiva en dos temas que en el pasado habían sido favorables a los liberales: la lucha contra la crisis climática y las relaciones con la población indígena canadiense.

El líder liberal solo pasó realmente a la ofensiva cuando Blanchet, que defiende en Ottawa la soberanía de la provincia francófona, acusó a Trudeau de imponer medidas a Quebec e intentó apropiarse en exclusividad de la defensa de los intereses de los quebequeses.

«Se olvida que soy un quebequés, un orgulloso quebequés. Siempre he sido quebequés y siempre seré quebequés. Siempre tendré la posibilidad de pronunciarme sobre lo que pasa en Quebec. Usted no tiene el monopolio de Quebec», explotó Trudeau a lo que Blanchet respondió con un condescendiente «relájese, relájese».

Una encuesta dada a conocer este miércoles señala que en Quebec, los liberales de Trudeau tienen el apoyo del 33 % de los votantes mientras que el BQ suma el 34 %.

La provincia francófona, donde se eligen 78 de los 338 escaños de la Cámara Baja del Parlamento, es clave para las aspiraciones de Trudeau de volver a formar gobierno.

El jueves, los mismos protagonistas tendrán una nueva oportunidad de atraer votantes con la celebración de un segundo debate televisado a nivel nacional, esta vez en inglés.

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