Las sesiones que debían realizarse hoy y mañana, por tanto, quedaron pospuestas por acuerdo entre las partes para el 20 y el 21 de septiembre.
La noticia la había anticipado este miércoles el portavoz de la Fiscalía sudafricana, Mthunzi Mhaga, en declaraciones a la cadena de televisión local Enca.
“La audiencia relacionada con el caso del señor Zuma será virtualmente pospuesta con consentimiento entre todas las partes para el 20 y el 21 de septiembre para permitir que un equipo de especialistas médicos designados por el Estado pueda considerar las pruebas médicas (presentadas por la defensa sobre la salud del expresidente) en cooperación con el equipo médico de Zuma”, dijo.
“Como los informes médicos son confidenciales, no se harán más comentarios”, agregó.
El futuro de este juicio -que aún no ha comenzado propiamente debido a los continuos retrasos y a una petición de recusación del fiscal del caso, Billy Downer- queda así pendiente de que la Fiscalía y el tribunal del caso acepten los informes médicos de un equipo militar presentados por la defensa de Zuma para probar sus problemas de salud después de que fuese hospitalizado el mes pasado.
HOSPITALIZACIÓN Y LIBERTAD CONDICIONAL
El 6 de agosto, tras un reconocimiento “de rutina”, el ex jefe de Estado -que se encontraba cumpliendo una pena de 15 meses de prisión por desacato judicial, por negarse a declarar en otra investigación diferente de corrupción- fue ingresado en un hospital y ello había provocado un nuevo aplazamiento de la anterior vista de este caso del acuerdo de armas, el pasado 10 de agosto.
Con esto, la defensa debía entregar pruebas sobre el estado de salud del expresidente, de 79 años, para probar si es apto o no para ser sometido a juicio.
Aunque no se cumplieron los plazos inicialmente ordenados por el juez Piet Koen, a finales de agosto los abogados remitieron un informe del equipo de médicos militares que atiende a Zuma, pero según la prensa local, el expresidente se negó a ser examinado por un equipo independiente designado por la Fiscalía.
La naturaleza de los problemas de salud del exmandatario no ha sido revelada, pero en agosto tuvo que ser sometido a cirugía.
Por estas mismas condiciones médicas, el pasado 5 de septiembre, el Departamento de Servicios Penitenciarios de Sudáfrica le concedió una polémica libertad condicional por motivos de salud, apenas dos meses después de haber ingresado en la cárcel de Estcourt (en el este del país) para cumplir su castigo por desacato.
En la causa del acuerdo de armas, a Zuma se le imputan cargos de asociación ilícita, corrupción, lavado de dinero y fraude tras cerca de 800 operaciones supuestamente fraudulentas relacionadas con un acuerdo de armas millonario firmado a finales de la década de 1990 con la empresa francesa Thales.
En concreto, se le acusa de haber recibido sobornos con la intermediación de un asesor financiero.
La imputación siguió un camino judicial muy complejo durante más de una década hasta que, en 2018, fue acusado formalmente.
Zuma había dimitido de la Presidencia sudafricana solo un mes antes, forzado por su propio partido en medio de múltiples escándalos de corrupción.