La incursión de los insurgentes tuvo lugar en la zona de Tshani Tshani y Mapasana, en la noche entre el sábado y el domingo.
En principio se habían confirmado 14 fallecidos, pero posteriormente los residentes de la zona recuperaron otros 16 cadáveres.
«Hemos encontrado en total otros 16 cuerpos de víctimas en la zona boscosa cerca de los campos. Fueron los habitantes de Tshani Tshani y Mapasana que lograron escapar de las manos de los atacantes los que se han puesto ellos mismos a buscar a los suyos. Estaban convencidos de que había otras víctimas», explicó a Efe por teléfono Jean Bosco Lalo, coordinador de grupos de la sociedad civil en Ituri.
Según este activista las ADF usaron su «modus operandi» típico, recurriendo sobre todo a armas blancas para matar a sus víctimas.
«Hay marcas de machetes sobre los cuerpos de las víctimas. Otros fueron muertos por disparos de bala», señaló Jean Bosco Lalo.
Este ataque ocurrió después de que el pasado día 1 al menos cuatro civiles murieran y sesenta personas retenidas como rehenes fueran liberadas tras la emboscada de las ADF a un convoy de comerciantes en Ituri, a pesar de que iba escoltado por el Ejército y efectivos de la misión de paz de la ONU en este país (MONUSCO).
Las ADF empezaron su campaña violenta en 1996 en el oeste de Uganda como respuesta al régimen del presidente ugandés, Yoweri Museveni -al que acusaban de ir en contra de los musulmanes-, hasta que el Ejército forzó su repliegue a la frontera con la RDC.
Desde allí hacen incursiones en territorio congoleño, en el último año más frecuentes y virulentas, aprovechando una geografía montañosa que les permite esconderse de operaciones militares y de la MONUSCO, que tiene desplegados a más de 14.000 soldados.
Su programa es difuso, más allá de una posible conexión con la organización yihadista Estado Islámico (EI), que a veces se responsabiliza de algunos de sus ataques.
El pasado 15 de agosto, el presidente de la RDC, Félix Tshisekedi, autorizó a fuerzas especiales de Estados Unidos a ayudar al Ejército congoleño a combatir a las ADF, grupo considerado «terrorista» por Washington.
Como respuesta a la violencia, Kivu del Norte e Ituri se encuentran en estado de sitio y bajo administración militar desde el pasado 6 de mayo.
Según los últimos datos publicados por la herramienta de seguimiento de seguridad Kivu Security Tracker, las ADF han causado desde 2017 más de 980 víctimas por «muerte violenta» en más de 170 ataques, si bien otras organizaciones atribuyen al grupo miles de fallecidos.
El noreste de RDC lleva años sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y los ataques de soldados del Ejército, pese a la presencia de la MONUSCO.