El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, instó en un comunicado a los hutíes a acordar un alto el fuego “completo de inmediato” y a detener tanto los ataques transfronterizos como dentro de Yemen.
El ataque tuvo lugar a partir de la medianoche del sábado contra Nayran, Yizan y la estratégica ciudad portuaria de Damam (todos en el este del país), donde una niña y un niño resultaron heridos y 14 viviendas fueron dañadas por la metralla de uno de los tres misiles, explicó el portavoz de dicho ministerio, Turki al Maliki, en un comunicado.
Por su parte, el portavoz militar de los hutíes, Yahya Sarea, aseguró en su cuenta de Twitter que sus ataques, en los que emplearon un total de seis misiles balísticos y 10 drones, estuvieron dirigidos contra instalaciones de la petrolera saudí Aramco en esas tres ciudades y en Yeda, también en el este.
“Esto es completamente inaceptable. Estos ataques amenazan la vida de los residentes del Reino, incluidos más de 70.000 ciudadanos estadounidenses”, señaló el Departamento de Estado.
Según el portavoz estadounidense, los ataques de los hutíes, y en particular su ofensiva contra la provincia de Marib – el último bastión gubernamental en el norte del país-, están “agravando la crisis humanitaria y prolongando el conflicto”.
“Los hutíes deben comenzar a trabajar hacia una solución diplomática pacífica bajo los auspicios de la ONU para poner fin a este conflicto”, concluyó.
El conflicto yemení estalló a finales de 2014 cuando los rebeldes ocuparon Saná y otras provincias del país y expulsaron al presidente Abdo Rabo Mansur Hadi, hoy exiliado en Arabia Saudí.